Residentes y empresarios del litoral torroxeño más próximo a la desembocadura del río Torrox, en el extremo más oriental del paseo marítimo de la playa de Ferrara, reclamaron ayer un compromiso público de las administraciones para que la ejecución del proyecto de espigón anunciado para estabilizar definitivamente la arena en esta zona sea inminente.

Aunque son conscientes de que los últimos temporales han deteriorado bastante ciertas áreas de la playa de Ferrara, sin que tradicionalmente se hayan dado estas circunstancias a las puertas del verano, confían en que los trabajos de regeneración que ahora serán necesarios «sean ya los últimos».

David Villena, como delegado local del colectivo de empresarios de playas, expresó que están a la espera «de que quede constituida la nueva corporación municipal, con la intención de revindicar la máxima celeridad en la tramitación del proyecto para Ferrara».

Los emprendedores locales comprenden que no puedan «meterse los camiones entre los bañistas» y confían en que el banco de arena que se ha formado estos días a 50 metros de la orilla «regenere de forma natural el centenar de metros de litoral ahora dañado».

El documento aprobado por Costas para estabilizar la playa de Ferrara incluye la construcción de un «dique no sumergido de levante», en el entorno del Faro torroxeño, de 120 metros de longitud, ocho metros de ancho y una profundidad del morro del espigón de 3 metros.

Con una inversión prevista de medio millón de euros, el Ayuntamiento torroxeño ya tiene comprometida una aportación de 100.000 euros y la Diputación otra, del mismo importe. Costas contribuirá con la cuantía restante.

Las obras, después de la campaña turística. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, justo con motivo de una visita a la Axarquía de sus máximos responsables nacionales y provinciales, anunció que el proyecto para instalar el nuevo espigón en la playa de Ferrara se pondrá en marcha justo después de la inminente temporada turística, de manera que no interfiera con la misma. Así se pretende poner fin a más de dos décadas de regeneraciones.