­El exárbitro internacional malagueño José Luis Paradas Romero presidió ayer en la Casa Cervantes de Vélez Málaga una de las mesas redondas del curso de verano «Excelencia y Deporte en el Siglo XXI», que durante esta semana organizan en la capital axárquica la Universidad de Málaga y la Cátedra Unesco. Tras la ponencia sobre tecnificación en el deporte como símbolo de modernidad e innovación, impartida por el director de la cantera del Unicaja, Francisco Aurioles, el excolegiado mostró su apoyo a la incorporación de las nuevas tecnologías en el fútbol, para decidir determinadas jugadas, justo como ocurre en el baloncesto, y se mostró muy crítico con el estamento arbitral en nuestro país.

¿Hasta qué punto está presionado el colectivo arbitral en España, al dirigir los encuentros?

Es una pregunta que siempre he contestado. Cuando eres juez deportivo, si tomas decisiones sobre alguno de los grandes equipos sabes que la repercusión es mayor. Porque un club importante siempre tiene a los grandes medios detrás de él. Y no oculto una realidad, desgraciadamente, la mayoría de las cosas, incluido el fútbol y otros deportes, están hoy por hoy politizadas. Te perjudique o te beneficie, la realidad es que es así. En los años que yo he estado arbitrando ningún compañero ha tenido una presión directa para que pite para uno u otro equipo. Pero siempre sabes que si uno de los conjuntos grandes padece una acción polémica, la repercusión es infinitamente mayor a la de otro modesto.

¿Qué le diría a un futuro árbitro que ahora está empezando?

A cualquiera le diría que se olvide de las presiones, que las tendrá. Pero también que si alguna vez tiene que dejarlo, que tenga la dignidad de hacerlo.

¿En qué encrucijadas se encuentra a día de hoy el fútbol en cuanto a las últimas vanguardias aplicables al balompié?

En este curso de verano hemos profundizado bastante en la tecnificación e innovación, en el deporte en general y en el fútbol en particular, por ser la disciplina en la que he sido profesional. En pleno siglo XXI, son significativos los últimos cambios que se han dado, como la incorporación del cuarto árbitro, de los jueces de área y todas las tecnologías que se pueden implantar en el futuro. Es especialmente relevante que estemos a las puertas de incorporar al fútbol medios tecnológicos que ya se usan en otras disciplinas deportivas, como el monitor en el baloncesto; o el ojo de halcón, que en el tenis ha servido para resolver encuentros.

Algún compañero suyo ha pasado a la historia por acciones que con monitor hubiesen quedado resueltas al instante.

Sí, todos recordamos goles fantasma en más de un mundial.

¿Se observan esos cambios de otra manera ahora que no pita?

Estos años no he dejado de participar en cursos o encuentros formativos incluso con la UEFA. Seguimos trabajando de otra manera y uno de los aspectos más interesantes es la dificultad de introducir ciertas tecnologías en la base. Por ejemplo, el monitor que se usa en la elite del baloncesto no se puede aplicar, porque es costoso, en otras categorías.

Si miramos a la base, aún queda bastante por hacer en fútbol en cuanto a la violencia.

En Málaga se está trabajando muy bien en este aspecto. Cada año hay menos agresiones en el fútbol base, pero es cierto que tenemos que trabajar. En eso tenemos mucho que aprender de disciplinas que aún tienen más contacto, como el baloncesto o el rugby, donde la educación es clave y se empiezan a inculcar ciertos valores desde edades muy tempranas. La realidad es que en cada campo de fútbol malagueño, si van cien personas, siempre sabemos qué dos o tres personas suelen liarla. A veces son aficionados que toman bebidas, sabiendo que están prohibidas en los recintos deportivos. Son los propios dirigentes de los clubes los primeros que deben colaborar para erradicar la violencia.