­La prolongada sequía que padece el campo malagueño no sólo ha encendido las alarmas en el interior de la provincia, sino que ya empieza a afectar a una de las joyas de la agricultura intensiva: el sector de los subtropicales. Productores de aguacates y mangos de determinadas zonas de la comarca de la Axarquía -la mayor despensa en Europa de estas variedades- han empezado a reducir la aportación de agua a sus cultivos y son conscientes de que reducirán así sus facturaciones.

Las consecuencias del presente periodo de sequía van mucho más allá, porque el sector va a tener que reducir drásticamente y a la baja sus millonarias previsiones de crecimiento. Argumenta Enrique Colilles, gerente de la cooperativa que presume de ser la mayor entidad comercializadora de subtropicales de todo el continente, que están en juego más de 10.000 puestos que podrían generar de 6.000 a 7.000 hectáreas de subtropicales que con un caudal garantizado estaba previsto que pudieran sembrarse a corto plazo.

En la actualidad, la facturación bruta de este sector se eleva a más de 200 millones de euros. Dichas previsiones de crecimiento elevarían en más de un 50% esa cantidad, de manera que la sequía podría impedir esa «importante lluvia adicional», fijada en unos 100 millones de euros. «Imaginemos lo que ya supone para la economía de la provincia esos doscientos millones y lo que repercutiría en todo el territorio un montante adicional de cien millones. Ahora es el momento de afrontar de manera decidida esta problemática», indica.

Reequilibrar la red hídrica

Para comprender la preocupación del sector en materia de infraestructuras y descifrar la petición ya elevada tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía, mediante comunicaciones explícitas y el inminente envío de misivas, es necesario conocer determinados datos. Trops, que agrupa a alrededor de 2.000 productores, sostiene que para acondicionar las más de 6.000 hectáreas que en la Axarquía aún puede crecer el subtropical, se necesitan unos 50 hectómetros cúbicos anuales.

El embalse de la Viñuela, el de mayor capacidad de la provincia, alberga 170 hectómetros cúbicos cuando se encuentra al 100%. Colilles recuerda que dicho pantano está interconectado con la capital como consecuencia de anteriores trasvases de agua en periodos de sequía. «Si completamos las infraestructuras necesarias, se podría recuperar parte de lo que cauces como el del río Guadiaro tiran al mar cada año, unos 600 hectómetros cúbicos».

Qué son 50 hectómetros sobre esos 600. Es la pregunta que formulan a las administraciones estos cooperativistas. De momento confían en que los dirigentes nacionales y autonómicos sean sensibles con el sector «como lo han sido hasta ahora», en problemáticas como el robo de las producciones en el campo. De hecho, en las últimas temporadas están en marcha iniciativas que también requieren de un importante esfuerzo inversor, como son los vuelos nocturnos en helicóptero.

Colilles insiste en que en la actualidad la sequía no ha generado un estado de «histeria colectiva» en la comarca, debido a que ha llegado después de un periodo en el que el embalse de la Viñuela se encontraba al 100%. Pero si el año hídrico se asemeja al anterior, las necesidades pasarán a ser urgentes. «Queremos que las administraciones sean conscientes de que este sector no sólo es importante a la hora de destacar la buena salud de la agricultura malagueña, sino que también necesita de infraestructuras acordes a lo que aporta a la economía de esta provincia», argumenta.

Los daños a medio plazo

Basta con recordar que el pasado año, según datos de la Junta de Andalucía, las exportaciones de aguacates producidos en la provincia rozaron en kilos al principal producto exportado hasta ahora: el aceite.

De momento no se teme por la vida de ningún arbol subtropical en la comarca de la Axarquía, como consecuencia del actual periodo de sequía. Pero sí que se espera para la próxima campaña una producción sensiblemente inferior tanto de aguacates como de mangos. El riego dosificado que ha empezado a aplicarse en algunas zonas incluso podría tener consecuencias a lo largo del próximo invierno, de no recuperarse los márgenes pluviométricos típicos para esta parte del Mediterráneo occidental.

La alternativa está sobre la mesa, según los productores, afrontar de manera decidida la mejora de las canalizaciones intercomarcales.