Un jurado popular tiene previsto juzgar el próximo mes de noviembre al acusado de acabar en agosto de 2014 con la vida de su pareja sentimental, a la que, supuestamente, apuñaló hasta en 131 ocasiones, tras golpearla con una botella en la cabeza. La Fiscalía de Violencia sobre la Mujer solicita una condena de 28 años de prisión.

Inicialmente, el comienzo del juicio está fijado para el 9 de dicho mes y la previsión es que se prolongue durante varios días, puesto que hay citado para declarar un amplio número de testigos, investigadores y peritos.

Según las conclusiones provisionales de la fiscal, el acusado y la víctima, que era directora del Museo de Historia de Nerja, tuvieron un primer altercado el día anterior en el domicilio de la mujer en Torrox y el día de los hechos, el hombre volvió a discutir «en esta ocasión de manera más violenta» con la víctima.

En un momento dado, dice la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer, el acusado, «plenamente consciente de sus actos», cogió una botella de vino y «se abalanzó por la espalda» sobre la víctima, «que estaba desprevenida», a la que golpeó en la zona posterior de la cabeza hasta romper la botella, de forma que se aseguró que su novia «estaría, cuanto menos, aturdida» por el golpe.

Entonces, según el escrito provisional del ministerio público, al que tuvo acceso Europa Press, el acusado, con la intención de acabar con la vida de la mujer, cogió un cuchillo de cocina y «mientras le decía despectivamente: ¿ya no quieres pelea, verdad?, la agarró por el pelo» y la arrastró hasta el cuarto de baño, mientras ella «lloraba y gritaba pidiendo socorro».

En ese momento, «comenzó a apuñalarla -sostiene esta acusación- en el lado izquierdo del abdomen y en numerosas partes del cuerpo, para, posteriormente, continuar agrediéndola con el cuchillo», de forma que se lo clavó «hasta en 131 ocasiones», causándole heridas que «no buscaban más que aumentar el sufrimiento de la víctima».

La Fiscalía entiende que «nada pudo hacer para defenderse» la mujer, quien presentaba 131 heridas y 29 contusiones, que hicieron que entrara en shock hipovolémico hemorrágico que le causó la muerte. Cuando llegó la Guardia Civil, el acusado, «fríamente», les manifestó: «Ahí está, ya lo he hecho». El ministerio público señala que desde un año antes el acusado tenía con la víctima «unas reacciones violentas y exageradas».