­El exalcalde veleño y portavoz del PP en el Ayuntamiento de la capital axárquica, Francisco Delgado Bonilla, tachó ayer de «repugnante» la noticia de que la Junta sí se hará ahora cargo del 40% del déficit del sistema tranviario. «Confío en que se trate de sectarismo político, porque si no han cambiado las leyes autonómicas se podría tratar de prevaricación».

El exregidor mostró documentos con las negociaciones que él mismo mantuvo con la Junta entre 2011 y el pasado año, cuando gobernaba con mayoría absoluta, pero también instó a que su antecesora en el cargo, María Salomé Arroyo, pida explicaciones de por qué a ella tampoco le ayudaron a hacer viable la segunda fase del tranvía -cuyas obras estaban terminadas en 2009- y ahora sí.

«Antes no era posible y ahora sí es posible. Ya el 30 de enero de 2009 Manuel Chaves nos dijo a los veleños que no podía haber ayudas para el tranvía. Y que sólo podría ayudarnos puntualmente para hacer frente al déficit que por entonces ya tenía el tranvía, que era de dos millones de euros. En 2011 ganamos con mayoría absoluta y desde el primer momento empezamos a trabajar y la respuesta siempre fue la misma», expresó Delgado Bonilla.

«En múltiples ocasiones se nos indicó que el déficit no era competencia de la Junta de Andalucía. Y ahora tenemos una pregunta clave: ¿Qué normativa autonómica ha cambiado para lo que antes era imposible ahora sea posible? Podríamos hablar de un presunto delito de prevaricación, en caso de que no haya cambiado la normativa. Porque en qué se basa el consejero para esa consideración, la de asumir el 40% del déficit que se genere», relató.

El portavoz del Partido Popular instará a su grupo parlamentario a que pida explicaciones a los máximos responsables de la Junta sobre ese extremo. También preguntará el PP en el Parlamento andaluz sobre «por qué se interpreta ahora el carácter metropolitano del tranvía». Delgado Bonilla barajó la posibilidad de que los compromisos asumidos ahora por el consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, «sean sólo propaganda electoralista».