­Nuevo debate público en la comarca de la Axarquía con el agua en el centro de todas las miradas. Esta vez no se trata de resolver la demanda del sector agrícola, cuyo enorme crecimiento en el ámbito de los subtropicales incluso plantea posibles trasvases desde tierras granadinas o la Costa del Sol más occidental. Ahora son varios pequeños pueblos los que no comprenden que la Junta de Andalucía haya limitado las cuotas asignadas para consumo humano, de manera que en base a la normativa urbanística actual no cabrá opción alguna para crecimientos urbanos en sus planes generales.

El alcalde de El Borge, Salvador Fernández (PSOE), reconoce que el asunto no es nuevo. «Ahora se ha llevado al pleno de la Mancomunidad, pero nosotros llevamos ya tiempo trabajando con la Junta al objeto de desbloquear el PGOU». Expresa que en enero se retomarán esas conversaciones para poder incrementar una asignación de agua para consumo humano, de manera que el documento urbanístico no impida en un futuro aumentar el suelo urbanizable en el casco histórico de la localidad.

«Estamos en conversaciones y somos optimistas. Necesitamos, tal y como dijo recientemente la Diputación, más agua para el campo. Pero lo primero tiene que ser garantizar el consumo humano. Es lento el proceso, porque la Junta tiene que estudiar las demandas y no van a dar ningún paso sin analizar bien lo que solicitamos. Pero la realidad es que hay otras zonas de la provincia que tiran actualmente el excedente de agua al mar y no es menos cierto que en otras épocas fue la Axarquía la que llevó agua del embalse de la Viñuela a Málaga capital», agrega Fernández.

El Borge negocia directamente con Medio Ambiente. Tiene previsto crear hasta un nuevo depósito municipal y proponer un aumento de la cuota para posibilitar nuevos suelos de regadío. Si no culminan satisfactoriamente dichas negociaciones, «el documento urbanístico que queremos aprobar a primeros de año tendrá muy limitado el crecimiento de nuestro municipio en cuanto al núcleo urbano».

El alcalde de la vecina localidad de Almáchar, José Gámez (IU), fue el encargado de defender en el plenario de la Mancomunidad una moción institucional que precisamente insta a la Junta a cambiar o subsanar las previsiones de demanda de agua para estos dos municipios, pero también para Iznate, cuyo alcalde, Gregorio Campos, es precisamente el actual presidente del organismo comarcal, o para Totalán.

«No se puede penalizar el agua para consumo que necesitan los pueblos con previsión de crecer», remarcó Gámez. En el fondo de esta cuestión figura la «falta de suficiente cuota para aprobar los Planes Generales de Ordenación Urbana».

Se pretende que en el Plan Hidrológico del Mediterráneo de la Cuenca Sur elaborado por la Consejería de Medio Ambiente se incluya una asignación de los recursos hídricos para municipios como los cuatro reseñados -Almáchar, Totalán, El Borge o Iznate- suficiente como para dar cabida a nuevas promociones de viviendas contempladas inicialmente en los planeamientos pendientes de aprobación.

«La supervivencia de los pueblos pequeños está en peligro dado que hay vecinos jóvenes que quieren construirse sus viviendas y no pueden», remarca Gámez. Sin embargo, hay regidores que han optado por anteponer fórmulas alternativas, antes que esperar a la respuesta de la Junta de Andalucía. Es el caso de Benamocarra, también colindante con algunos de estos municipios del interior de la comarca oriental.

El regidor de dicha localidad, Abdeslam Lucena (Por Mi Pueblo), sostiene que en su caso han resuelto la aprobación del PGOU de manera independiente. «Hemos optado por aplicar esas futuras cargas al promotor. El que quiera construir, que se encargue, por ejemplo, de bombear el agua».