­A las doce en punto de la mañana, con unas temperaturas propias de otra galaxia si se tiene en cuenta que en cinco días habrá terminado el año, cientos de familias enteras abarrotaron ayer el casco histórico de Vélez Málaga como si de la Semana Santa o la Feria de San Miguel se tratase. En esta ocasión, el gentío aguardaba a la Legión. No a los efectivos que se encuentran hermanados con la barriada situada en la avenida Vivar Téllez de la capital axárquica, sino los que cada cierto tiempo reproducen en distintos puntos del país a algunas estampas propias de la sala Star Wars -cuya última entrega se encuentra ahora en cartelera-.

La propuesta que tanto éxito ya cosechara en otras ocasiones en la capital de la provincia se repitió en las calles veleñas con idéntico resultado. Fue un día muy especial para grandes y pequeños, con el beneficio añadido de que se logró una recaudación récord de juguetes para las familias más necesitadas. Era el fin solidario que movió a los integrantes de las tropas de la Legión 501 hasta Vélez Málaga.

El otro aliciente, el propuesto por los comercios locales: que las familias pudiesen adquirir sus últimos regalos ante la inminente Nochevieja. De hecho, el concejal de Ferias y Fiestas, el socialista Sergio Hijano reiteró su agradecimiento a la Asociación de Empresarios del casco histórico, por poner en contacto al Ayuntamiento veleño con la Legión.

Cruz Roja y Esperanza

Todos los regalos que se pudieron recoger fueron depositados luego en las manos de voluntarios de los colectivos Cruz Roja y la Asociación Esperanza, encargados de repartirlos después entre las familias más necesitadas del municipio. El presidente comarcal de Cruz Roja, Eduardo Recio, y una de las integrantes del colectivo de mujeres de la Esperanza, Marisa Gámez, ya indicaron en compañía de Eduardo Ramos, portavoz de la Legión 501, que el desfile partiría «desde la céntrica plaza de las Carmelitas en dirección al Camino de Málaga y la sede de la propia Asociación».

Ya de regreso a la plaza que alberga el principal edificio consistorial, los más pequeños pudieron posar y fotografiarse con los componentes de las tropas imperiales, al tiempo que depositaban sus regalos. Fue una mañana única, convertida en marea humana por una gran causa: «Que ningún niño o niña se quede sin juguete».