Dos grandes figuras de la literatura y el pensamiento, a través de su experiencia vital, permiten que Vélez-Málaga sea un lugar de encuentro, en un punto de conexión, un espacio de reflexión: para la literatura, la filosofía, la poseía y el arte.

Para ambos, su paso por Vélez-Málaga, fue decisivo y crucial.

Para uno, Miguel de Cervantes, ya en su edad madura, los acontecimientos y las decisiones que en la ciudad de Vélez hubo de afrontar decidirían, de manera trascendental, su vida y su creación literaria. Muy probablemente, su obra cumbre universal, El Quijote, no hubiese sido concebida, quizá, sin esas determinaciones que el autor tuvo que disponer en la ciudad axárquica, por las consecuencias y las circunstancias que le acarrearían.

La otra, María Zambrano, su nacimiento y los primeros años veleños marcarían muy tempranamente sus sentimientos, su intuición, su inteligencia poética. El pensamiento zambraniano no se vislumbraría sin las metáforas y las imágenes que se enraízan en aquellas primeras experiencias y en aquellos tiernos recuerdos veleños. Por otra parte, Zambrano aportó una reflexión fundamental para entender la obra cervantina, y a través de ella interpretar nuestro peculiar y complejo acontecer histórico.

Si Vélez-Málaga tiene un guión indisoluble, la conexión Cervantes-Zambrano será indiscutible, definitiva para esta ciudad y para el verdadero entendimiento y la total comprensión, tan real y actual, de ellos dos.