El local del casco histórico de Vélez Málaga donde este pasado sábado se produjo una deflagración, con el resultado de más de 90 personas heridas, carecía de la licencia municipal «para bar con cocina, encontrándose actualmente dicho expediente en tramitación». Así lo comunicó oficialmente ayer el Ayuntamiento de la capital axárquica.

Y argumentó el «historial técnico» del propio establecimiento siniestrado en plena feria: «El regente del establecimiento presentó el 27 de abril de 2013 una solicitud de licencia municipal de apertura para la actividad de bocadillería, hamburguesería y comida para llevar, actividad sujeta a un trámite de calificación ambiental, procedimiento administrativo complejo que requiere una serie de informes técnicos municipales y de otras administraciones, así como de un trámite de información pública a los vecinos colindantes».

En cuanto a las gestiones posteriores se argumenta: «Durante dicha tramitación y ya con el actual Gobierno, el propio solicitante decide modificar la actividad a bar con cocina, mediante solicitud presentada el 25 de mayo de 2016, presentándose un nuevo proyecto de actuación que implica el inicio del procedimiento administrativo hasta ahora llevado a cabo, para comprobar que se ajusta a todas y cada una de las medidas correctoras al respecto». Dicho expediente no estaba resuelto cuando la pasada semana se pusieron en marcha las fiestas patronales en pleno centro de Vélez Málaga.

Por otra parte, el Consistorio indicó que también consta en sus archivos una solicitud de ocupación de vía pública, «que fue denegada, por carecer propiamente de licencia municipal de apertura, llegándose a sancionar dicha ocupación a principios del año 2015».

Según las propias fuentes municipales, «se trata de un establecimiento que desarrollaba una actividad sin venta al público en el interior del mismo y que únicamente prestaba apoyo a un local cercano, en el cual sí se desarrolla una actividad de hostelería con licencia municipal de apertura para ello».

La cocinera, a planta. En cuanto al estado de las personas heridas, la única que permanecía hasta ayer en la UCI, la cocinera de origen marroquí cuya labor preventiva resultó determinante para evitar una tragedia, fue trasladada por la tarde a la planta de Traumatología. Varios allegados señalaron que estaba con «buen ánimo y dispuesta a olvidar la pesadilla que vivió». Asimismo, los familiares expresaron su agradecimiento colectivo por las palabras de ánimo que el alcalde y otras personas le habían trasladado desde el pasado domingo, nada más poder contactar con ella.

Su evolución es favorable, después de que el sábado presentara las mayores lesiones tras la caída de mesas y sillas sobre distintas zonas de su cuerpo. Junto esta mujer, de 35 años, sólo queda otra persona ingresada en el centro hospitalario veleño, un joven de 21 años.