El padrón municipal de Nerja ha perdido en apenas un año, de septiembre de 2015 hasta la actualidad, 1.557 residentes de origen extranjero. Ha bajado desde 7.460 a apenas 5.878, según los datos facilitados a este periódico por el Departamento de Extranjeros.

Para explicar que se haya desangrado el registro público de habitantes hasta en un 7% hay que echar la vista atrás y recordar que el Consistorio, hace ahora 11 meses, hizo un llamamiento desesperado porque los residentes tenían ante sí la obligación de registrarse de nuevo, ante la revisión periódica a la que están sometidos los municipios. Ya por entonces se temía lo peor, justo lo que ha ocurrido: que Nerja ha descendido en su cuota de población de 23.467 personas a un total de 21.910. Son datos que incluso hacen temer, como ha confirmado el equipo de gobierno, que en los próximos comicios pudiera bajarse de listón de los 20.000 ciudadanos empadronados.

Qué consecuencias tendría dicha situación: la pérdida de cuatro de los concejales que configuran el pleno. De hecho la corporación está integrada actualmente por 21 ediles y en la vecina Torrox, que permanece con menos de 20.000 habitantes, son 17. Pero hay un dato añadido que remarca tanto la máxima responsable del equipo de gobierno, la alcaldesa Rosa Arrabal (PSOE), como el resto de integrantes del actual pacto tripartito: en juego hay un total de 240.000 euros anuales en transferencias que el Estado remite a los ayuntamientos en función del padrón municipal y el número de habitantes que lo componen.

«Es una situación que ya preocupaba hace un año, cuando se lanzó la campaña de empadronamiento, y que ahora aún preocupa más», relatan los munícipes.

Se destaca, por ejemplo, que durante años, con el PP al frente del gobierno local, «no se tomaron suficientes medidas para fidelizar a la población foránea». Pero hay un dato coyuntural añadido: el temor a raíz del Brexit puede complicar un cambio en la tendencia actual.

Según los responsables del Departamento de Extranjeros, la mayoría de los británicos y suecos llamados a actualizar su ficha en el padrón municipal «respondieron a finales del pasado año o principios del actual para mantenerse en el censo». Sin embargo, numerosos ciudadanos foráneos de otras nacionalidades no hicieron caso a lo que podría ocurrir. «De nada sirvió advertir de que sólo en transferencias estatales había en juego casi cien euros por habitante y año».

Lo peor de este cambio de tendencia es que cada dos años se debe revisar el estado de las personas foráneas inscritas en el padrón municipal. Se teme que justo antes de los próximos comicios municipales haya un nuevo descenso acusado, o que como consecuencia del reseñado Brexit haya muchos británicos -constituyen la principal comunidad foránea en Nerja- que opten por «darse de baja para regresar a su tierra». Mientras tanto ya se preparan nuevas iniciativas que sirvan en el municipio para compensar o corregir esa tendencia.