En el corazón de la Axarquía vegeta un ejemplar único de olivo, con una forma imposible se acaracola sobre el suelo como queriendo camuflarse y perpetuarse siglo tras siglo. Propiedad de Rafael Toledo, el Olivo Caracol, un Verdial de Vélez injertado en acebuche, se encuentra en un paraje denominado Fuente Piojo de Periana, y convive con otros ejemplares centenarios dispersos que a su vez se alternan con otros olivos jóvenes.

El jurado ha valorado su forma singular, con un tronco que, literalmente acostado sobre una albarrada, se retuerce sobre si mismo dibujando una estampa única que asombra al visitante.

El lugar donde se encuentra este olivo rezuma historia, la historia de la Reconquista porque fue aquí donde Umar Ibn Hafsun se resistía ante las tropas castellanas que en 1485 tomaban el Castillo de Zalia, preludio de la toma de Vélez Málaga. Quizá este olivo fuese testigo directo de estas escaramuzas entre moros y cristianos, y quien sabe si por ello se arremolinó en el suelo queriendo pasar desapercibido y perpetuarse hasta nuestros días.

El paraje que cobija a este centenario olivo y sus hermanos se incluyó en la 1ª Ruta de Olivos Singulares que fue creada en el municipio de Periana y que hoy son objeto de visita por numerosos aficionados y turistas provenientes de la cercana Costa del Sol malagueña. La Axarquía atesora un rico patrimonio natural de olivos monumentales que en su mayoría son Verdiales de Vélez, variedad ancestral que se injertó en acebuches allá cuando se domesticaba el cultivo del olivo en la Península Ibérica.

Mención Especial Olivo Monumental 2017

El jurado ha decidido otorgar una Mención Especial a la Olivera de Nadal que vegeta en el municipio de Colungo, Huesca, corazón de la Comarca del Somontano. El Olivo se alza como un auténtico coloso con un tronco de fenomenales dimensiones lo que da fe de su longevidad, pudiendo alcanzar los 400 o 500 años.

Se valora especialmente el compromiso y tesón de su propietario, José Andreu, un agricultor de 94 años que describe emocionado como este ejemplar es patrimonio de todos y por ello debe ser conservado por las generaciones futuras, tal y como él y sus antepasados han hecho. El interés que esta familia ha demostrado con el olivo llega a tal punto que José le colocó un pararrayos para su protección.

Se da la circunstancia de que José ingresó el pasado mes de marzo en la Residencia de Mayores de Barbastro, pero antes de hacerlo dejó testimonio audiovisual de la pasión que siente por la Olivera de Nadal, dando incluso las instrucciones para su futura conservación y pidiendo públicamente su protección.