Fin al calvario de años que han padecido productores de stevia de toda España, pero especialmente los más de 200 productores andaluces que llegaron a generar cada año unos 120.000 kilos, cultivados en una superficie de alrededor de 40 hectáreas. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad entregó ayer un documento al colectivo, representado en la comunidad autónoma por el productor axárquico Leovigildo Martín, en el que queda autorizada la venta de hojas y otros derivados de esta planta «como alimento humano».

El camino hasta llegar aquí no ha sido ni mucho menos llano. A lo largo del pasado invierno, Martín protagonizó movilizaciones, cada miércoles, delante de la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Málaga. El clamor de multitud de consumidores forzó reuniones en Madrid, con diferentes portavoces territoriales de los productores y los dirigentes de cada uno de los partidos con representación en el Congreso de los Diputados.

Sólo en la Axarquía dependían de este cultivo unas 40 familias, que producían 25.000 kilos anuales. Pero a finales de 2016 la propia Junta, como otras administraciones autonómicas, retiraron de manera cautelar toda la stevia en hojas que se comercializaba. Esta medida generó la quiebra de algunas de las empresas comercializadoras de los derivados de esta planta. Hace unas semanas, no obstante, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Granada dictó sentencia, ante la reclamación de una de esas empresas, la mercantil Stevigran, y anuló la sanción que le había impuesto la Consejería de Salud de la Junta.

La decisión ministerial comunicada ayer, sin embargo, parte de los encuentros de trabajo mantenidos en el seno de la Comisión Europea y la decisión, con fecha de este pasado 16 de junio, de establecer «la armonización a nivel comunitario» que autoriza, como ya estaba autorizado en países como Alemania, la comercialización y el consumo como alimento humano de la «stevia rebaudiana».

El Ministerio argumenta que, recientemente, «un Estado miembro de la UE ha presentado datos de consumo de la hoja seca para infusión con anterioridad al 15 de mayo de 1997». Y reconoce la «problemática generada a nivel nacional y europeo», por lo que se planteó la situación de este «alimento humano» en la Comisión Europea «con el fin de aunar criterios». Llegó la ansiada «luz al final del túnel», como dice Martín.