En plena crisis y con un proyecto de paseo marítimo para la playa de Ferrara que estaba por consolidar. Aquel 11 de julio de 1992 ni siquiera se hablaba de que algún día, en las cercanías del emplazamiento de este chiringuito, iba a localizarse el mayor complejo turístico de la comarca de la Axarquía -un cuatro estrellas, primero de la cadena Riu y actualmente gestionado por Iberostar-. José Martín rememora con estas palabras unos principios que no fueron del todo favorables.

«Teníamos apenas dos quioscos con los que atender a los clientes. Pero fue la semilla de lo que es hoy el chiringuito Laguna», argumenta. Han pasado 25 años. Al frente del establecimiento figuran José y su cuñado David Villena, actual delegado torroxeño de la asociación provincial que agrupa a concesionarios de chiringuitos y otras adjudicaciones de playa. Ambos, con espetos de sardinas y sangría gratuita para sus clientes, acaban de celebrar tan redonda efeméride.

No faltó ni la música del artista local Román, que forma parte de la plantilla y compagina su actividad hostelera con la pasión que derrocha al interpretar éxitos de todas las décadas. David explica que uno de los secretos para haberse hecho el hueco que poseen en el colectivo de empresarios de playa del municipio es la difusión exterior. Gracias a la gran comunidad nórdica que reside en Torrox, más allá de la tradicional de origen alemán que convierte al municipio del Mejor clima de Europa en principal colonia germana en la Península, Chiringuito Laguna es desde hace más de un lustro un referente en Noruega.

Resulta de hecho enormemente curioso que en determinados destinos turísticos de aquel país aparezca este establecimiento como recomendación, por una variada carta que en determinadas épocas del año incluye delicias noruegas, frente al desconocimiento que sobre él pueda existir en algunos municipios del interior de la comarca de la Axarquía. Tan lejos, tan cerca.

Que Torrox y Chiringuito Laguna hayan acogido visitas de algunas de las principales autoridades de Noruega justifica también todo lo narrado. «No ha faltado en ciertos periodos vacacionales ni la que en su día fue la primera ministra, lo que motivó un enorme despliegue policial en la zona», señala Villena. Son muchos argumentos, como también expresa, para «soñar con que las autoridades locales tomen algún día el relevo a lo que modestamente hemos hecho para difundir Torrox en Noruega y culmine los trámites para hermanarnos con algún municipio de allí».

Entre la clientela, si hay que poner nombre y apellido a alguna residente noruega, los propietarios de Chiringuito Laguna no lo dudan: el caso de Solveig Heldal Thorsen, natural de Tysnes, un reducido municipio noruego formado por las pequeñas islas que presiden uno de tantos fiordos, es único. «Fue pionera en el año 1981, después de haber sido aconsejada por una amiga que pasaba buena parte del invierno en Torre del Mar».

Suma por lo tanto más de tres décadas y media de complicidad con la tierra que presume de haber sido cuna de Almanzor, que tuvo villa y termas romanas o en cuyos fondos marinos permanece el barco del arroz, como incide también el propio David Villena. «Ella, como tanta y tanta gente que ha depositado en nosotros toda su confianza, nos han dado a conocer y mucho en el entorno de Bergen. Tenemos una deuda moral con todos», concluye.