­ «El atraco ha sido surrealista», afirmó ayer un vecino de Benamargosa cuando el presunto autor de los hechos todavía no había sido detenido, aunque ya estaba identificado y era buscado por el dispositivo en el que trabajaban conjuntamente agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. Finalmente fue localizado y detenido mientras se tomaba un refresco en un establecimiento del pueblo, según explicaron fuentes municipales.

A primera hora, sobre las nueve, el presunto autor de los hechos irrumpió en la sucursal que Unicaja tiene en la calle Arroyo Alpechín ataviado con un mono de trabajo que lucía el nombre de una empresa muy conocida en la zona, un casco de moto en la cabeza y un antifaz para cubrirse el rostro. Esgrimía un hacha con la que consiguió cerca de 16.000 euros, un botín seguramente muy por encima de sus expectativas. «Su huida fue un desastre desde el principio. Salió corriendo y el dinero se le caía por todos lados», explicó el mismo vecino. El atracador, lejos de huir en moto o junto a algún compinche que le esperara fuera en un vehículo, tampoco optó por abandonar el pueblo por el cruce de caminos (MA-3107, MA-3108 y MA-3113) que tenía a escasos metros, sino que lo hizo a pie y por las calles que se adentran cuesta arriba en un pueblo de apenas 1.500 habitantes.

Durante la carrera, y con el director del banco tras él, el bandido siguió dejando un rastro de dinero que facilitó bastante el trabajo a la autoridad. Mientras los vecinos recogían los billetes para llevarlos a la sucursal, los agentes pegaron en la puerta de la vivienda en la que el sospechoso, un viejo conocido de los guardias, vive con su madre. Él no estaba, pero sí el hacha, el dinero y la ropa utilizada en el atraco. Finalmente, un policía local lo encontró en un establecimiento del pueblo tomando un refresco.