El informe pericial sobre el escape de gas que se produjo el pasado 21 de septiembre en un hotel de Cantabria que provocó la muerte de uno de los afectados, un malagueño de 62 años, revela que la caldera presentaba «un funcionamiento claramente de riesgo» y un «grado importante de deterioro». En el informe emitido por la Dirección General de Industria del Gobierno de Cantabria, de diligencias previas sobre las causas que provocaron el incidente, se señala que la sala de calderas no dispone de mantenimiento reglamentario y «evidencia una falta de mantenimiento adecuado». Concluye que el suceso se generó por la «confluencia de dos circunstancias», una de ellas de carácter constructivo, que puede provenir «de hace mucho tiempo, incluso de origen», y es que los baños no disponen de conexiones a los conductos verticales de ventilación. La otra es de la chimenea de la caldera, en el espacio existente entre la escayola y el forjado de la segunda planta y en el techo de la planta baja.

El despacho de abogados SEJURI, que representa a dos de los malagueños que resultaron intoxicados, ha señalado que sus representados presentan «claras secuelas físicas y psicológicas, provocadas por este suceso, cuya máxima responsabilidad radica en la mala gestión en la conservación y mantenimiento del hotel».