­Presume de haber sido el ideólogo y líder durante tres décadas del partido independentista local de mayor trayectoria en España. Y sin embargo, detrás del Escudo de Oro que acaba de recibir como reconocimiento a su dilatada trayectoria vital por parte del Ayuntamiento de Vélez Málaga, existen muchos más logros. Manuel Rincón ha conocido el éxito empresarial desde la base, como artífice de una de las redes de clínicas sanitarias privadas más importantes de Andalucía -empezó todavía niño a ejercer de «practicante» a la estela de su padre-, ha destacado como excepcional mecenas del deporte base malagueño y hasta ha destacado, ya durante su madurez, como pintor autodidacta y vanguardista.

Es de esos personajes públicos que no dejan indiferente a nadie. Capaz de protagonizar las escenas políticas más inesperadas -como aquella vez que en una votación en la Mancomunidad acabó desmayado- y al mismo tiempo conseguir los mayores logros históricos para un pueblo como Torre del Mar que desde hace siglos aspira, como él mismo remarca, «en ser dueño de su propio destino».

«Cuando te conceden algún reconocimiento y reflexionas sobre lo que eres o has podido ser, sinceramente, yo siempre he visto como una persona normal. Siempre he intentado, eso sí, aplicar el sentido común», señala.

Desde pequeño pudo conocer lo que es el servicio sanitario a la comunidad, por la profesión de su padre: «Era practicante y yo, con apenas 11 años, ya me había enseñado a poner las inyecciones. Por aquel entonces la sanidad en España era muy mala. Había pocos médicos y me vi obligado a aprender. No había otro practicante entre Rincón y El Morche», expresa.

La vocación de ayudar a los demás marcaría el resto de su vida: «Tanto en política como en mi faceta empresarial, y por supuesto como patrocinador del deporte, siempre he tenido muy presente aquellos comienzos. Ayudar a alguien que está malito a ponerse bueno te da una satisfacción tremenda. Es por lo que si naciera de nuevo volvería a ser enfermero, fisioterapeuta o médico. Algo relacionado siempre con la sanidad».

Ya en su etapa universitaria y con los comienzos del actual periodo democrático, Rincón ve despertar en él la vocación política que emparentaba con ese servicio a los demás. «En aquellos momentos muchas personas daban el paso porque habían tenido algún represaliado de la Guerra Civil, en uno u otro bando. Afortunadamente no era mi caso, aunque a mi abuelo, Genaro Rincón, que era maestro, estuvieron a punto de matarlo, primero unos y luego los otros. Pero al final se salvó. En mi familia no había rencor hacia nadie», dice.

Pero en las aulas había descubierto «que había otra forma de hacer política» y reconoce que no existía «justicia social». Se encontraba a las puertas de las actuales libertades y, de la mano de Carlos Checa y el PSA, concurre a las primeras elecciones democráticas al Ayuntamiento de Vélez Málaga. Sin embargo, no guarda un buen recuerdo de ese temprano debut en la política local: «Fui en lista porque me prometieron que Torre del Mar iba a tener su propio ayuntamiento, porque ya entonces estábamos un poquito abandonados, pero nos engañaron. Así fue cómo decidimos hace ahora 33 años fundar el Grupo Independiente Pro-Municipio de Torre del Mar, con el objetivo de lograr lo mismo que durante años han logrado otras localidades de la provincia, como en su día Torremolinos».

Antes de configurar la primera lista electoral del nuevo GIPMTM, Rincón recuerda que se invitó a todos los torreños a votar de entre 50 posibles candidatos. Ahí ya emergió su figura, como líder del movimiento independiente, durante las siguientes tres décadas. «Lo que ahora muchas personas pueden ver, con nuestro teniente de alcalde Jesús Atencia y todo su equipo de trabajo al frente, no es más que el fruto de lo que todos estos años hemos estado luchando. Nada se consigue en tres años. Es una carrera de fondo y estamos orgullosos como pueblo de estar ahora a la vanguardia en muchos aspectos de la Costa del Sol».

Expresa en este sentido que se empieza a romper la estacionalidad turística, que se disfruta de las mejores playas, en cuanto a las certificaciones, de todo la provincia (hasta Málaga capital toma nota de cómo se deben hacer las cosas en esta materia), o que festivales como el Weekend Beach o el que atrae a figuras de la aeronáutica de toda Europa son la envidia del resto de Andalucía.

«De lo que siempre también hemos podido presumir, y no es precisamente para estar satisfecho, es de haber sido el partido con un mayor número de tránsfugas de toda España. Ahí hemos tenido en distintas etapas a artistas como el que fuese alcalde socialista Antonio Souvirón, capaz de cualquier cosa», agrega. A él mismo le llegaron en su momento ofertas para liderar al PP, al propio PSOE o al PA. Pero siempre se mantuvo fiel a sus ideas y al compromiso que había adquirido con su pueblo, la Torre del Mar que lo vio crecer.

No conserva rencor a nadie, en cuanto a su dilatada carrera política y a la de veces que tuvo en sus manos documentos para que «su Tenencia de Alcaldía» pasara a tener independencia plena. No ha recibido tampoco las disculpas de algunos de quienes le traicionaron, como él mismo los tilda. Se arrepiente, con matices, de algunas acciones públicas marcadas por ciertas salidas de tono, pero las justifica: «Siempre he sido bastante claro. Muy temperamental. Quizás si hubiese sido más moderado me hubiese ido mejor. Sin embargo, lo positivo está por encima de lo negativo».

Con su desarrollo como líder torreño, nunca descuidó su faceta empresarial. La red de Clínicas Rincón se fue extendiendo por toda la provincia, incluso hasta el litoral granadino, al tiempo que la entidad, guiada por su presidente, empezaba a patrocinar a las principales entidades deportivas malagueñas. En baloncesto, al filial del Unicaja; en fútbol, al Málaga CF; recientemente, en balonmano femenino, al equipo representativo de la provincia que ha sido capaz de jugar por primera vez una competición europea, en estos últimos meses de 2017. Pero la lista es muy extensa, si añadimos disciplinas minoritarias de esas que no salen en titulares. Y Rincón también es artista en lo plástico. Pintor autodidacta capaz de mantener dos exposiciones permanentes en Benahavís y Torremolinos, llega a la edad de jubilación sin fecha para dejar de trabajar.