Sin alpacas de paja ni forraje de diferentes tipos para el ganado en plena peregrinación hacia El Rocío o con decenas de romerías programadas en estos días. Así afronta el ganado malagueño el actual mes de mayo. Hacía unos 11 años que no se vivía una situación similar en la provincia, como remarca el secretario provincial de la Unión de Agricultores y Ganaderos en Málaga y portavoz durante la última década de los sectores ganaderos de COAG en Andalucía, Antonio Rodríguez.

«Ya el pasado año hubo poco forraje como consecuencia de la sequía. Es una situación que durante todo el invierno se había agravado por esa misma circunstancia, pero afortunadamente la lluvia volvió en el mes de marzo y de manera excepcionalmente abundante», recuerda. En esas semanas, sin embargo, muchos ganaderos no pudieron apenas sacar de establos y cuadras a sus animales. «Tuvimos que tirar de lo que teníamos almacenado, que no era mucho, y todo ya está agotado», agrega.

En estas fechas los ganaderos tiran de alternativas como los piensos, pero por otra parte son bastante optimistas de cara a un futuro próximo. Con las intensas lluvias del invierno, que en las zonas más altas de la Axarquía superaron la barrera de los 500 litros por metro cuadrado acumulados durante el mes de marzo, en el próximo mes de junio comenzará la trilla con muy buenas perspectivas.

«Sabemos que con todo lo que ha llovido vamos a tener un verano radicalmente opuesto al pasado, de manera que habrá muchas alpacas de paja listas para ser almacenadas, igual que otros forrajes», relata otro ganadero.

La situación de este invierno, en efecto, ha recordado en muchos aspectos a la de finales de la pasada década, al implantarse por entonces el decreto de sequía. También en el ámbito de la ganadería intensiva de la provincia malagueña se han revivido episodios que empezaban a olvidarse.

Rodríguez confía en que las precipitaciones se repitan en abundancia después del periodo estival y se pueda recuperar la estampa de embalses como el de la Viñuela, que hasta hace tres campañas rozaba el lleno: «Ojalá que no tengamos de nuevo estas carencias».