La Policía de México recibió una alerta que informaba de que alguien viajaba secuestrado en el interior de un coche. La sorpresa de los agentes llegó cuando, al presenciarse en el lugar de los hechos, descubrieron que no se trataba de una persona, sino de un caballo que se encontraba atado en la parte trasera del vehículo.

El conductor aseguró que solamente quería llevar al caballo al veterinario. Por el momento, mientras la policía investiga el origen del caballo, el dueño del coche ha sido multado por no usar el remolque para transportar animales.