Un 'zasca' en toda regla recibió un tuitero que supuestamente había detectado un fallo en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. El usuario corregía un vocablo que a su parecer era un error.

La RAE, que habitualmente resuelve las dudas de la gente en Twitter, entró al trapo, asegurando que no se trataba de ningún fallo.