Después de una semana de descanso para retomar con fuerza nuestro semanario dedicado al carnaval, volvemos con el verdadero actor principal de la fiesta. El disfraz. La Málaga decimonónica que fantaseaba con bailes de la Venecia carnavalera se ve a lo lejos difuminada por la dictadura franquista. Una ciudad que disfrutaba de bailes de disfraces abraza con pudor al nacional-catolicismo de la dictadura franquista. Tras la transición sigue grabado en la piel del malagueño un pudor que hace que reniegue de la máscara en febrero. El verdadero caballo de batalla de todo nuestro carnaval es la participación ciudadana en algo tan elemental como ir disfrazado.

Si bien hay generaciones perdidas para tal finalidad, los más jóvenes abrazan con normalidad la transformación de realidad a fantasía, gracias a fiestas colegiales o la importación de ritos celtas como Halloween. Verdadera apisonadora mediática, ésta última que cobra fuerza en las festividades locales. La diferencia entre una y otra es notable. La ironía frente al terror. El humor frente al miedo. La fantasía frente al horror. Sin duda mucho más hay que estrujar la mente en febrero que en octubre. Es inútil luchar contra esa realidad. Asimilarlo y disfrutar de la libertad que tanto defendemos.

Comparsas, murgas y cuartetos se dejan sus exiguos presupuestos en esa segunda piel que da vida al repertorio. Con más o menos fortuna. Desde aquí pedimos que el premio al disfraz en el COAC no sea un premio para compensar malos puestos a la hora de los premios. Con asombro hemos visto premiar a grupos "cajonazos" cuando otros llevaban muchísimo mejor disfraz. Huele a callar bocas cuando lo que se premia el esfuerzo creativo de un grupo. Un jurado ajeno al concurso debiera premiar tal objetivo. O por qué no desde la prensa tomar la decisión.

Pero si el disfraz en Málaga es sinónimo de carnaval es en los Dioses, ninfas, príncipes y demás fantasías. Los verdaderos olvidados de la fiesta. Intentaremos charlar con ellos para que conozcáis el mundo de las fantasías que son admiradas por el público en general en pasacalles. Poca repercursión mediática de su mundo. Los Drags también ejercen de embajadores de la fiesta. Concurso este que cada año atrae a más público y gana en calidad a la vez que genera controversia entre el purismo del carnaval.

Colóquese la máscara y aproveche el anonimato para desvariar. Desde Venecia hasta Nueva Orleans disfrute del martes. Del Martes de Carnaval.