Qué bonitas son las noches en el Cervantes. Qué bonito es llegar a él, que te abrace su butaca para regalarte su espectáculo. La noche del miércoles, noche de cuchillos largos, me invitó a pasear por su patio de butacas a rebosar, pasando por las plateas, sus palcos, primer y segundo piso hasta subir a gallinero donde se improvisaba la risa y el cachondeo. En definitiva, una noche espectacular de carnaval que hacía años que no vivía. Parece mentira pero el público se lo pasó en grande. No sé si es que el aforo se completó con gente de otra provincia ya que la mayoría de las agrupaciones eran de Almería. Es posible. O que ya hemos madurado lo suficiente y no solo aplaudimos a nuestra agrupación y se nos paralizan los brazos cuando vemos a una rival, no lo sé. Ojalá, sea el punto de inflexión que tanto buscábamos y esto no se quede en una sola noche, que sea para siempre.

La única nota negativa es que para la primera agrupación, la murga infantil, no había ni media entrada. Hay que entender que la sesión comenzó a las ocho de la noche y hay gente que sale más tarde de trabajar, o a lo mejor, no les interesan estas agrupaciones. Todo es admisible. Pero no sabéis lo que os habéis perdido. Llegando a este punto hago una reflexión: sin los niños no hay continuidad en la fiesta y si no los instruimos en este arte, seguramente algunos no continúen en él y perderemos la oportunidad de tener relevo generacional.

Siempre dije que hacer un concurso aparte para los niños no era bueno, siempre he pensado que meterle el veneno de la rivalidad y competición no era sano para ellos. Pero he abierto los ojos. Estos mismos niños que hoy están cantando tienen competición de fútbol, de baile o de ajedrez y nadie se echa las manos a la cabeza. Hay que instruirlos, al igual que se hace con otras competiciones, en la constancia. Inculcarles valores y el gusto por el carnaval. La música, las letras, la risa, todo esto los hará mejores personas y en definitiva mejores carnavaleros.

Cada niño es un artista y nosotros debemos de hacer que sigan siendo artistas una vez que crezcan