El grupo entró en la central eléctrica a primera hora de la mañana y doce activistas se encadenaron a las cintas transportadoras, mientras los demás subieron al tejado para pintar la palabra "Revolución" y colgar una pancarta con el lema "Revolución Energética-Renovables no al Carbón".

La organización aseguró que la acción, que duró cinco horas, impidió que la planta emitiera a la atmósfera 10.000 toneladas de dióxido de carbón, uno de los gases responsables, por su excesivo volumen en la atmósfera, del cambio climático.

Uno de los activistas detenidos, Graham Brown, un minero de carbón retirado, opinó que es necesario llevar a cabo un proceso de transición para utilizar las energías renovables ya disponibles.

Con esta acción, Greenpeace quiere llamar la atención de los ciudadanos hacia la publicación, mañana, del borrador del informe encargado por el Gobierno al profesor Ross Garnaut sobre el impacto económico del cambio climático en el país.

Australia ratificó el Protocolo de Kioto en diciembre, días después de la victoria electoral del laborista Kevin Rudd sobre el entonces primer ministro John Howard, líder del Partido Liberal.

Tras firmar Kioto, Rudd se comprometió a que Australia reduzca sus emisiones contaminantes en un 60 por ciento para el año 2050, respecto a los niveles de 2000.