Los científicos utilizaron el telescopio de la Fundación Nacional de las Ciencias para realizar durante cuatro años un estudio de un par de estrellas neutrónicas llamadas pulsares, que emiten ondas de radio.

De entre casi 2.000 pulsares identificados, este es el único caso en que las estrellas giran alrededor una de las otra, explicó René Breton, de la Universidad McGill en Montreal (Canadá).

Además, el plano de su órbita está perfectamente alineado con la visión del telescopio desde la Tierra de manera que cuando una pasa detrás de la otra el gas ionizado que la rodea eclipsa la señal del pulsar, añadió.

Cuando esto ocurre, la magnestosfera de un pulsar absorbe las ondas emitidas por el otro lo cual permite a los astrónomos determinar su orientación espacial.

"Ese tipo de eclipses son clave para realizar mediciones que nunca se habían podido llevar a cabo", señaló.

En 1915 Einstein vaticinó que en un sistema de dos objetos de masas enormes, como estas estrellas neutrónicas, la fuerza gravitatoria de una, además de su movimiento de rotación, modifica el eje de rotación de la otra en un fenómeno que se conoce como "precesión" en términos astronómicos.

Un pulsar binario crea las condiciones ideales para poner a prueba los vaticinios de la relatividad porque cuanto mayores son las masas de cada uno de esos cuerpos y mayor es su aproximación, más importantes son sus efectos relativistas, señaló Breton.

"Un sistema como este, con dos objetos masivos, uno muy cerca del otro, es precisamente el laboratorio cósmico extremo que se necesitaba para poner a prueba la predicción de Einstein", manifestó Victoria Kaspi, jefe del Grupo Pulsar de la Universidad McGill.

Al observar el eclipse los científicos descubrieron que, en efecto, uno de los dos pulsares sufría el efecto de la precesión, tal y como lo había vaticinado Einstein en 1915.

"La teoría de Einstein ha aprobado todas las pruebas realizadas, incluso la nuestra. Podemos decir que si alguien quiere proponer una teoría alterna...debe coincidir con los resultados que hemos obtenido nosotros", manifestó Breton.

"Creo que si Einstein viviera, estaría feliz con estos resultados", indicó Michael Kramer, del Centro Jodrell Bank de Astrofísica de la Universidad de Manchester.

"No sólo porque confirma su teoría, sino debido a la forma tan novedosa en que se produjo su confirmación", agregó.

Además de Breton y Kaspi, en el estudio participaron otros científicos de Canada, el Reino Unido, Estados Unidos y Francia.