Los resultados forman parte de una serie de estudios que analizan recientes observaciones de los límites externos del Sistema Solar y ayudan a construir una imagen de cómo el Sol interactúa con el resto de la galaxia.

Lanzado en 1977, la nave espacial Voyager fue enviada originalmente para volar y observar Júpiter y Saturno. Las dos sondas continuaron su misión en los límites externos del Sistema Solar y el Voyager 1 se convirtió en el objeto más distante realizado por el hombre en la década de los 90 del pasado siglo. Funcionando en condiciones remotas, frías y oscuras y con la energía de baterías nucleares de larga vida en ausencia de energía solar, las sondas siguen transmitiendo datos a la Tierra, más de 30 años después de que fueran lanzadas y mucho después de que terminara su misión original.

La misión actual de ambas naves espaciales es alcanzar y estudiar los límites externos de la heliosfera, una burbuja magnética alrededor del Sistema Solar creada por el viento solar. La zona de transición entre la heliosfera y el resto del espacio interestelar se conoce como "choque de terminación".

El estudio dirigido por Edward Stone, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena (Estados Unidos), señala que el Voyager 2 cruzó este límite más cerca del Sol de lo esperado, lo que sugiere que en esta región la heliosfera está dentada o abollada, más cercana al sol por un campo magnético local. Otros estudios presentan más detalles del cruce del Voyager 2 de la terminación de choque, analizando el plasma, el campo magnético, la onda plasmática y las partículas de baja energía.

Robert Decker y su equipo, de la Universidad Johns Hopkins en Laurens (Estados Unidos), estudian los cambios en la intensidad de electrones e iones observados por el Voyager 2. Sugieren que la aceleración de los iones extrae una gran fracción de la energía cinética del flujo total del viento solar.

Por último, Linghua Wang, de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos), informa sobre la detección y análisis de átomos neutrales energéticos producidos por un intercambio de cargas entre iones y átomos neutrales. La mayor parte de la energía asociada con la onda de choque del viento solar contra sus límites es transportada por estos átomos neutrales energéticos.