La obra es una recopilación de las cuestiones científicas que los escolares castellanoleoneses han formulado a diversos expertos dentro del concurso "De Profesión Científico", puesto en marcha por el Museo de la Ciencia en 2006, donde se ha presentado hoy esta publicación.

Entre las preguntas realizadas por los niños, el autor, Óscar Menéndez, ha destacado en declaraciones a Efe algunas a las que califica de "bonitas e interesantes, pero duras a la vez", y ha asegurado que se ha sentido sorprendido al escuchar otras, por su especial interés y profundidad.

"Es complicado explicar a un niño de una edad tan temprana por qué existen las enfermedades o por qué sentimos dolor", según Menéndez, aunque se ha mostrado convencido de que "los más pequeños poseen una gran capacidad de comprensión que a veces les es negada por los adultos".

El autor ha declarado que "no ha sido muy difícil adaptar las respuestas de los científicos al ámbito infantil", y ha hecho un buen balance de este trabajo, que supone su primera publicación bibliográfica.

Entre los temas que más interés han despertado en los escolares, el autor ha declarado que se encuentran "los relacionados con el medio físico y la evolución", tanto de los humanos, como de los animales.

¿Por qué las jirafas tienen el cuello tan largo? o ¿qué ha ocurrido para que el ser humano se transforme desde un primate hasta su estado actual? han sido algunas de las dudas manifestadas por los participantes, todas ellas respondidas por "reconocidos" expertos, como el astronauta Pedro Duque, entre otros.

Aunque los principales destinatarios de este libro son los escolares, en él se contestan una serie de preguntas que pueden resultar interesantes para el público adulto, que quizá nunca se haya cuestionado algunos aspectos de su entorno, ha agregado.

Menéndez también se ha manifestado sorprendido por la "gracia" e "ingenuidad" mostrada por algunos de los niños participantes en el concurso, y ha señalado de que el enfoque "divertido" desde el que está escrito el libro "es una manera idónea de acercar la ciencia a los más jóvenes".

"El concepto de que la letra con sangre entra se ha probado con los años que no era el más adecuado, y si hasta las películas más tristes tienen destellos de humor, no veo por qué algo a priori serio como la ciencia no se puede transmitir a los niños de una manera amena y accesible", ha zanjado.