En un informe que divulga hoy la revista "Science", científicos de EEUU, Australia y el Reino Unido dicen que el cambio climático y la presencia de barreras creadas por el hombre impiden la migración de muchas especies que buscan nuevos lugares donde vivir.

Señalan el ejemplo de algunas aves en zonas montañosas meridionales de Europa, donde han aumentado las temperaturas, que no pueden emigrar hacia el norte en busca de un clima más frío sin alguna ayuda del ser humano.

Según los científicos conservacionistas, la "migración asistida" podría ser necesaria para colonizar nuevas regiones geográficas a medida que sus hábitats sean insostenibles para ciertas especies.

"Cuando planteé esta idea hace unos diez años todos se horrorizaron. Pero ahora, ante la realidad del calentamiento global, y el aumento de especies en peligro o en vías de extinción debido al cambio climático, existe una nueva disposición de la comunidad para hablar sobre la posibilidad de ayudar a las especies", indicó Camille Parmesan, profesora de la Universidad de Texas.

Sin embargo, el grupo internacional de expertos advierte de que antes de proceder con la "migración asistida" será necesario estudiar con profundidad todas las variables biológicas.

También será preciso ponderar el riesgo de extinción si no se hace nada frente al peligro que podría representar esa migración para otras especies.

Según Chris Thomas, del Departamento de Biología de la Universidad de York, en el Reino Unido, la migración asistida de una especie podría ser peligrosa para otra y "tenemos que analizar cuidadosamente las ventajas y desventajas de cada caso".

Parmesan explica ese peligro con un ejemplo: "Ayudar en la migración de arrecifes de coral sería aceptable. Pero trasplantar osos polares a la Antártida, donde probablemente causen la extinción de los pingüinos, sería inaceptable".

Pero, por otra parte, Thomas manifiesta que en los últimos años la ecología ha tenido grandes avances y ahora se sabe que el traslado de especies dentro de una misma región general, entre Francia y Gran Bretaña, por ejemplo, no causaría graves problemas biológicos.

"Está cada vez más cerca el momento en que necesitaremos identificar especies que necesitan protección, tanto desde un punto de vista europeo como global, (...) y comenzar a tomar medidas", indicó.