El hallazgo hace creer a los trabajadores del Centro de Reproducción que hay posibilidades de que no desaparezca la especie Geochelone abigdoni o tortuga gigante que reside en la isla Pinta en el archipiélago Galápagos, a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas, señala un comunicado del PNG.

La tortuga gigante, que tiene el sobrenombre de "El solitario George", vive desde 1972 en cautiverio en el Centro de Reproducción y Crianza de Tortugas en compañía de varias hembras pero de otra especie a las que ha rechazado durante 36 años, precisa el informe del Parque.

"Durante todos estos años de convivencia, el Solitario George no reveló ninguna evidencia de comportamiento reproductivo y más bien se portó agresivo con sus compañeras", indica la nota, que agrega que en los últimos meses se evidenció un comportamiento totalmente diferente.

"El Solitario George" se apareó con una de las dos tortugas hembras de la especie Geochelone Becki que fueron trasladadas al centro en 1993 y que tienen un caparazón ligeramente parecido al de la tortuga gigante lo que habría provocado el acercamiento, añade el informe.

Los trabajadores del Centro de Reproducción encontraron nueve huevos, de los que cuatro estaban completamente rotos, dos presentaban fisuras en su cascarón y tres están totalmente sanos.

Los tres huevos fueron colocados en incubadoras, aunque a diferentes temperaturas.

Para conocer si los huevos son fértiles los miembros del Centro de Reproducción tendrán que esperar alrededor de cuatro meses y medio.

Si los huevos son fértiles, añade el documento, tendrían que "pasar varias generaciones, incluso siglos, para pensar en obtener individuos puros" similares a "El solitario George".

El archipiélago debe su nombre a las grandes tortugas que la habitan, y sus reservas terrestre y marina contienen una rica biodiversidad, considerada como un laboratorio natural, que permitió al científico británico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies

El pasado 26 de junio, la UNESCO inscribió a las islas Galápagos en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, en respuesta a la degradación medioambiental causada por el creciente turismo, la inmigración y la introducción de especies no autóctonas.