El conseller de Medio Ambiente, Miquel Àngel Grimalt, ha informado hoy en rueda de prensa de las medidas adoptadas por el departamento que dirige y por la Conselleria de Agricultura y Pesca para promover la estabilización en la zona de la foca monje detectada en junio, ejemplar de una especie considerada extinguida en España desde hace cincuenta años.

Grimalt ha confirmado que desde el primer contacto visual del animal por parte de un buceador, desvelado por EFE el pasado 17 de junio, se han producido ocho avistamientos, realizados en todos los casos en el mar, en un área que abarca desde la costa de Valldemossa a Cap Blanc, al final de la Bahía de Palma.

El conseller Grimalt ha anunciado que Medio Ambiente explorará de forma sistemática y detallada toda la costa donde ha sido visto el animal, con la intención de localizar sus puntos habituales de reposo.

Una vez definidos "se activaría un plan de protección para preservar el hábitat del 'vell marí'", ha afirmado Grimalt, quien ha añadido que el área protegida "podría ser móvil, en función de los movimientos de la foca".

La Conselleria ha solicitado además al Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino su colaboración en la redacción de un plan de recuperación de la foca monje en Baleares, petición realizada ya hace dos años, durante la pasada legislatura.

El objetivo es "la reintroducción de la especie en las islas, que sería viable en Cabrera", según Grimalt, y una posibilidad ante la que los pescadores profesionales de las islas se están mostrando "colaboradores", ha explicado la directora general de Pesca, Patricia Arbona.

El Govern ha contactado también con la oficina que desarrolla el plan del Mediterráneo del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas, para establecer algún tipo de colaboración "todavía por definir".

Según el jefe del Servicio de Protección de Especies de la Conselleria, Joan Mayol, se ha confirmado que el animal avistado en Mallorca mide 2,80 metros y los expertos consultados han apuntado la posibilidad de que "se trate de una hembra".

Medio Ambiente ha establecido un sistema de información y confirmación de la presencia del animal mediante una embarcación que ha recorrido más de 600 kilómetros durante unas 80 horas de navegación y ha efectuado 800 contactos personales con pescadores profesionales y recreativos, buceadores y navegantes.

Dos informadores han repartido 2.000 trípticos que describen lo que se debe hacer en caso de ver a la foca monje.

El folleto, redactado en catalán, castellano, alemán e inglés, indica que "es muy importante" no molestar al animal por tratarse de un mamífero marino considerado una de las diez especies del mundo en peligro de extinción.

El documento explica a las personas que habitualmente tienen contacto con el mar que, de observar al animal, deben avisar inmediatamente a este departamento, a cualquier agente de la autoridad, llamar al teléfono 112 o al Servicio de Salvamento Marítimo a través del canal de radio número 16.

También apunta que está prohibido acercarse o permanecer a menos de 100 metros de la foca, prohíbe entrar en cuevas en la zona y que, si es observada en tierra, donde es especialmente vulnerable, deben alejarse inmediatamente de ella.

La foca monje se extinguió en España a mediados del siglo pasado (los dos últimos ejemplares fueron exterminados en Mallorca en 1958) y se calcula que quedan menos de 500 ejemplares distribuidos entre el Mar Mediterráneo (Grecia, Turquía, Marruecos y Argelia) y el Atlántico oriental (Portugal, Marruecos y Mauritania).