Los aparatos, que ayer tuvieron que aplazar la prueba por una tormenta en la zona, efectuaron la inmersión a pesar de la lluvia, fuertes vientos y olas de hasta un metro y medio en la superficie, informaron los organizadores de la expedición a las agencias rusas.

Ambos aparatos tripulados, que ya se posaron en el fondo del Océano Glacial Ártico, a 4.261 metros de profundidad, y en el lugar del naufragio del Titanic en el Atlántico, se lanzarán el martes a la conquista del sector más profundo del lago, de unos 1.700 metros.

Mir-2, tripulado por el científico Yevgueni Cherniáyev, fue hoy el primero en descender hasta los 140 metros de profundidad, a una distancia de 1,5 kilómetros del puerto de Turka, seguido poco tiempo después por el Mir-1, pilotado por Anatoli Sagalevich.

"Debíamos poner a prueba todos los equipos y comprobar el funcionamiento del aparato y de sus sistemas hidráulicos bajo el agua", dijo Cherniáyev al canal de televisión "Vesti-24" después de que su batiscafo fuera izado a la cubierta del barco nodriza.

Los técnicos tuvieron que retirar o sustituir algunos equipos para aligerar en unos 250 kilogramos el peso de los batiscafos, de más de 18 toneladas, e instalar bloques adicionales de navegación, pues el agua dulce es menos densa que la del mar y el océano.

Mir-1 y Mir-2 ya realizaron la primera inmersión de prueba el pasado jueves, cuando descendieron hasta una profundidad de 420 metros y permanecieron sumergidos durante dos horas.

Aquella prueba fue necesaria para obtener la certificación formal con el fin de dar comienzo al programa de investigaciones, que contempla un total de 160 inmersiones, de las cuales 60 se realizarán esta temporada y las 100 restantes, el próximo año.

Además de precisar la profundidad del Baikal, con ayuda del Mir-1 y el Mir-2 los científicos investigarán bocas de fuentes termales, la presencia de hidrocarburos, así como la actividad tectónica en el fondo del lago.

Tratarán también de verificar las hipótesis de la existencia en ese lago de formas de vida que no necesitan oxígeno y estudiarán la flora y la fauna.

Con los resultados de la expedición se pretende elaborar una serie de recomendaciones y medidas prácticas que permitan optimizar la actividad económica en esa región con el fin de preservar los recursos naturales únicos del Baikal.

Con más de 25 millones de años, el Baikal alberga cerca de 2.000 especies de animales en algunos casos únicas en todo el mundo.

El lago, con una superficie de 31.500 kilómetros cuadrados, 636 kilómetros de largo y 1.700 metros de profundidad máxima, es uno de los principales destinos turísticos de Siberia.

El Baikal, con 23.000 kilómetros cúbicos de agua, la quinta parte de las reservas mundiales, supera con creces el volumen conjunto de los cinco Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá, y está incluido en la lista de lugares de "Herencia Natural Universal" de la UNESCO.