La generación de electricidad mediante las pilas de combustible actuales requiere temperaturas que alcanzan los 800 grados centígrados, lo que supone un obstáculo para la universalización de esta tecnología verde.

Las pilas de combustible funcionan de forma similar a las baterías pero éstas sólo almacenan energía y las pilas la generan a través de la combustión de hidrógeno de forma limpia, eficiente y sostenible. Esto convierte al hidrógeno en una fuente de energía "verde" ya que se obtiene a partir del agua que, a su vez, es el único residuo de su combustión.

El problema es que las pilas de combustible de óxido sólido necesitan de un material que permita el transporte de iones entre dos electrodos y son necesarias temperaturas de hasta 800 grados centígrados para conseguir una conductividad iónica suficientemente elevada.

Los españoles han trabajado sobre unos materiales conocidos como óxidos complejos para diseñar materiales artificiales que aceleren estos procesos y para ello han utilizado las últimas técnicas de crecimiento de películas delgadas. Así han podido producir lo que denominan 'heteroestructuras', que alternan capas de distintos materiales con espesores de sólo unas pocas distancias atómicas.

Estas 'heteroestructuras' alternan capas de zircona estabilizada con itria, un material conductor iónico utilizado en las pilas de combustible, con capas de titanato de estroncio, un material aislante. El resultado es una conductividad iónica de proporciones colosales que trasladada a las pilas de combustible permitiría la generación de energía a temperatura ambiente.

Los resultados del trabajo de los españoles podrían permitir universalizar como fuente de energía verde las pilas de combustible, algo que se había convertido en un reto para los expertos en la Ciencia de Materiales.