A sus 58 años, Antonio Campillos, presidente de los matemáticos españoles, es catedrático de la Universidad de Valladolid desde 1976 y también lo fue durante un año en la Universidad de Sevilla. Estos días está en Torremolinos, donde se celebra el segundo encuentro conjunto de matemáticos españoles y mexicanos, en el que habrá cien conferencias de profesores mexicanos y 100 de españoles, y que clausurará Federico Mayor Zaragoza.

¿Qué importancia tienen las matemáticas hoy día?

Tienen una importancia capital en la formación de las personas. Los niños que nacen hoy se van a encontrar con un mundo muy diferente cuando sean adultos y las matemáticas son un instrumento que ha de ser adquirido, independientemente de cuales sean sus estudios. También les permitirán resolver los problemas diarios que se les planteen y ser más libres. Incluso me atrevería a decir que en una situación de crisis como la que vivimos, les hace más potentes.

¿A qué se refiere con ser más libres?

En el sentido de que cada persona podrá decir qué aspectos son verdaderos y no dejarse influir por la publicidad o la propaganda, que es un objetivo fundamental. Las personas preparadas en cualquier centro escolar que van a la Universidad más tarde, serán las que conduzcan el país o el Estado, por lo que las matemáticas serán corresponsables de su avance.

¿Considera que en España están bien asentados los cimientos de la enseñanza de matemáticas y se imparte bien esta materia?

El colectivo de profesores de matemáticas de todos los niveles educativos es el activo más importante que crece en España. Los profesores son los que permiten adquirir una formación básica, formar en profundidad a los estudiantes, despertar en ellos vocaciones científicas y de todo tipo, y, sobre todo, contagiar el entusiasmo por el trabajo bien hecho, por la ciencia y por las repercusiones. En particular, en Andalucía, el progreso que ha llegado en la etapa democrática es extraordinario y es el reflejo de lo que ha ocurrido en toda España, pero al contar con mayor volumen de habitantes es más significativo. Y seguirá contando con este progreso siempre que se sigan cuidando desde el sector público.

¿Y cómo se podría captar la atención de los niños para que estudien matemáticas?

Se está avanzando mucho. Hoy día hay una transición para hacer más comprensibles las matemáticas y para que las personas disfruten con ellas. Pero es evidente que cuando una persona de cualquier edad se encuentra con las matemáticas cree que son áridas, precisamente porque están muy bien elaboradas, con muy pocas sentencias; pero cuando descubren que le sirven para una circunstancia suya concreta, se crea el interés y se demanda una formación. De hecho, organizamos una exposición los días 8 y 9 de febrero, en el Rectorado de la Universidad de Málaga, llamada «Imaginary, una mirada matemática», que compagina cultura y ciencia y en la que se pretende demostrar a todos los visitantes que llevan un matemático dentro.

¿Existen malos hábitos entre los estudiantes?

Seré criticado por responder con generalidades, pero la recomendación para los jóvenes es que no estudien cómo funcionan los ordenadores; que estudien matemáticas, ya que es una formación permanente y les servirá para siempre. Además, en la sociedad española hay un déficit en cuanto a cultura científica, que se proyecta en los centros educativos y se impulsa a mejorar, pero el proceso es muy lento.

¿España cuenta con buenos matemáticos?

España tiene muchísimos matemáticos de primer nivel, pero se precisa de estructuras comparables a estos niveles que permitan proyectar las investigaciones, con una política científica decidida.