Dolor, impotencia y mucha rabia ayer en los juzgados de Fuengirola. El juez de guardia del Juzgado de Instrucción número cuatro de la localidad costasoleña decretó ayer prisión preventiva para un hombre de nacionalidad ucraniana acusado de agredir e intentar abusar sexualmente de una niña de doce años en el portal de su casa, en el barrio de Las Lagunas, en Mijas.

Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la tarde del pasado miércoles, 14 de marzo, según relató el padre de la víctima, Bernardo Moreno.

«Mi hija dice que vio a un individuo alto y con una gorra verde en una esquina del portal de nuestro edificio. A medida que avanzaba, sentía que le seguía y, cuando se dio cuenta, recibió dos puñetazos. Sólo recuerda que un vecino salió a socorrerla y que el agresor huyó. Tenía una paleta partida, los labios y encías rotos, un ojo morado y el pantalón roto», relató el progenitor bastante afectado.

Un mecánico de la calle San Víctor, donde se produjo la agresión, también afirma que vio a esa misma hora a un hombre alto y con una gorra verde corriendo y meterse en un Opel Corsa de color azul en el que huyó, según explicó Moreno. Apenas dos días después, el viernes, la Guardia Civil dio con él en el entorno de la estación de trenes de cercanía de Fuengirola, para detenerlo y ponerlo ayer a disposición judicial.

Lo negó todo. El interrogatorio de los agentes de la Benemérita acabó relacionándolo presuntamente con otros cinco casos similares ocurridos también en la zona, dada la descripción de sus víctimas, siempre chicas menores de edad. Así, el detenido, de 25 años, algo más de 1,80 de estatura, rubio y ojos azules, entró en el Palacio de Justicia fuengiroleño en torno a las diez de la mañana de ayer para salir seis horas después, sobre las cuatro de la tarde.

Durante su declaración, según informó el abogado de la acusación particular, Ángel Llera, negó haber sido el autor de este caso, así como del resto de agresiones que las fuerzas policiales le atribuyen. El magistrado, sin embargo, entendió que hay delitos en las pruebas aportadas por la Guardia Civil como para llevarlo a la cárcel a la espera de que se establezca su presunta relación con las otras agresiones.

Una chica, que no quiso revelar su nombre y que asegura haber sido víctima de una de estas agresiones, el pasado 31 de julio -cuando tenía diecisiete años-, también estuvo presente a la salida del detenido de los juzgados. «A mí me hizo lo mismo. Esperó a que entrara en el portal, me golpeó dos veces e intentó abusar. Suerte que mi padre oyó ruido, salió y huyó», afirmó.