Los hoteles de la Costa del Sol no están pasando por su mejor momento y cada vez son más los que pasan por momentos difíciles que parecen poder acabar en el cierre definitivo, mediante Expedientes de Regulación de Empleo (ERES), despidos de personal, reducciones de jornada o salarios, o incluso el propio cierre. Casos como el del Hotel Incosol o Los Monteros, en Marbella, han sido uno de los más recientes y que más han impactado entre el sector hotelero, por sus trayectorias y por haberse convertido en emblemas del litoral malagueño.

Así, según los datos de CCOO, se ha reducido el 40% de plazas hoteleras en la Costa del Sol, cinco puntos más que el año anterior. Y aunque Torremolinos, tal y como celebra su Ayuntamiento mensualmente, sigue siendo líder en pernoctaciones en toda la costa de Málaga, precisamente es uno de los municipios que más conflictos hoteleros está experimentando, con numerosas protestas de trabajadores.

Marbella suma más cierres. El caso de Incosol aún está por determinar. Su actividad está cesada temporalmente desde el pasado 1 de abril por decisión de sus administradores concursales. Su propietaria, el Grupo Jale, está en concurso de acreedores desde 2008. El futuro del establecimiento está en manos del juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz. En un auto emitido esta semana criticó la decisión de su cierre e insta a su reapertura. Incluso hay rumores entre los propios trabajadores de que existe un posible comprador que podría hacerse cargo además de la deuda que arrastra.

También está el caso de Los Monteros, que reabrió el 1 de agosto de 2010 tras permanecer un año cerrado. Su último gestor, un empresario ruso, lo llevó a la quiebra y dejó a sus trabajadores sin empleo sin siquiera despedirles. Actualmente, el establecimiento está en manos de dos sociedades limitadas, New Monteros y Monterotel, que también se encargan del Hotel Guadalmina. Recientemente han despedido a casi la mitad de la plantilla por «problemas económicos».

Así, entre Marbella y Estepona acumulan cuatro establecimientos cerrados a cal y canto: Don Miguel y Guadalpín, en Marbella, y AGH y Las Dunas, en Estepona. El cierre más antiguo es el del hotel Don Miguel. Acumula seis años cerrado, desde octubre de 2005. La propietaria aún le debe dinero a sus trabajadores, que no pierden la esperanza de que algún inversor vuelva a adquirirlo. De hecho, hay una empresa árabe interesada en hacerse con este establecimiento.

El Hotel Guadalpín plegó sus alfombras en 2011 y dejó en la calle a 119 trabajadores que se lamentaban de no haber percibido sus nóminas en los últimos seis meses. La situación de este cinco estrellas es compleja, porque junto al hotel se suman un complejo de 120 apartamentos.

Los casos de Estepona parecen más halagüeños en opinión de los sindicatos. Tanto Las Dunas como AGH «tienen posibilidad de conseguir un nuevo explotador y salir adelante», aseguran. Las Dunas fue clausurado desde 2009 después de que el Banco Pastor lo embargara. Este hotel ofertó en su momento las tarifas más elevadas de España.

Descontento en Torremolinos. El municipio costero de Torremolinos se ha caracterizado en los últimos meses por el descontento de los trabajadores de diferente hoteles que han visto como se le cerraban las puertas del complejo sin previo aviso, como se reducían sus jornadas o como se limitaban sus derechos. El primero en entrar en discordia con sus empleados fue el Hotel El Pinar, que a los pocos días de conocerse la nueva reforma laboral del Gobierno, realizó casi una decena de despidos para los que, según CCOO, no existían indicios de que hubiera problemas económicos para ello.

Los trabajadores de otros hoteles, como El Tropicana, Agua Marina y los complejos Royal Costa y Royal Al-Andalus, corrieron una suerte parecida, y es que han experimentado modificaciones en sus condiciones laborales como reducciones de jornada y salario. En el caso de los dos últimos, del grupo Royal Premier Hoteles, se ha reducido la jornada en siete horas para los departamentos de mantenimiento y las camareras de piso, y seis horas para el bar y el restaurante, por ejemplo. Según el presidente del comité de empresa, Ramón Jiménez, se les debían varios pagos a los casi 80 trabajadores fijos, de los que ya se ha pagado una parte, pero asegura que la intención que la empresa propietaria ha mostrado en todo momento es la de pagar.

De hecho, este hotel también ha protagonizado esta semana la protesta de seis ex trabajadores que exigían el pago de varios meses pendientes, así como pagas extras de 2009 y 2010 y la indemnización correspondiente tras haber pedido a finales de 2010 la extinción del contrato de trabajo con la empresa a través de la vía judicial.

Otro de los casos más sonados, y también más reciente, fue el del Hotel Picasso, que cerró sus puertas sin avisar a los trabajadores, que el día 1 de abril volvían a sus puestos de trabajo después de un ERE de seis meses. Ahora, tras negociaciones con la empresa han solicitado una ampliación de tres meses ante la Inspección de Trabajo. Parecido es el caso del Hotel Las Palomas, que ha tenido que ampliar su ERE hasta el 30 de junio.

A pocos kilómetros, en Benalmádena, se encuentra quizá uno de los pocos hoteles que ha corrido mejor suerte. El Torrequebrada, que reabrió sus puertas este pasado 18 marzo bajo la nueva gestión de la cadena hotelera THB Hotels tras varios meses cerrado.