La isla en medio del desierto de la que hablaba el líder del PP malagueño, Elías Bendodo, ya se ha convertido en una pieza más del puzzle popular en la provincia. La ambición de conseguir Benalmádena que traía de cabeza al también presidente de la Diputación de Málaga se ha hecho realidad, aunque tal vez no de la forma que él hubiera preferido. Benalmádena vuelve a pertenecer a la derecha, pero ocurre como hasta ahora lo ha venido haciendo: con un pacto entre el PP y los partidos independientes creados siempre por aquellos que militaron en sus filas.

Para pergeñar esta moción de censura en Benalmádena, la segunda en tres años, el PP se ha valido de la Unión Centro Benalmádena (UCB), liderada por Francisco Salido y que actualmente gobernaba en tripartito con PSOE e IU. De esta manera, el PP desaloja de la alcaldía a Javier Carnero (PSOE), como ya pasó en 2009, y deja en evidencia la poca estabilidad que tiene el Ayuntamiento del municipio.

No ha sido una mayoría absoluta la que le ha permitido al PP gobernar con tranquilidad y hay quienes piensan que Bendodo necesitaba este golpe de efecto para salir reforzado después de la decepción de las elecciones autonómicas, para las que le había prometido a Javier Arenas que la provincia de Málaga iba a ser el puntal y donde se sacaría la mayoría absoluta.

Esta ambición también la compartía el antiguo líder del PP de Málaga, Joaquín Ramírez, que ya en su día utilizó la misma estrategia que Bendodo para propiciar la salida del cabeza de lista de su partido a nivel local y sustituirlo por otro que pudiera conseguir la deseada unión del centroderecha en el municipio. En esta ocasión ha quitado a Enrique Moya como candidato para la alcaldía y ha tirado de la lista para colocar a la número dos, Paloma García Gálvez, que incluso entregará su acta como diputada en el Congreso para dedicarse por completo a su labor como futura alcaldesa del municipio.

En 2009 la táctica fue la misma, sólo que en aquella ocasión era el propio Moya quien entraba a sustituir a Jesús Fortes después de que en 2003 sólo consiguiera 4 concejales con el PP.

Unión del centroderecha. Estos resultados electorales siempre han perjudicado al PP por la disgregación de los partidos de centroderecha, propiciada además por la poca estabilidad interna de los populares, lo que ha beneficiado al PSOE, debido a que los votos de los vecinos afines a la derecha se fraccionaban en un mosaico de partidos.

Por eso, ahora, la intención de la ejecutiva provincial del PP es unificar el centroderecha y así lo ha confirmado Bendodo. Quiere que todas las voluntades políticas del municipio se aúnen bajo el paraguas del PP y que el centroderecha de Benalmádena no esté disgregado nunca más. De esta manera, le ha dejado la puerta abierta a Francisco Salido, propulsor de la moción de censura en Benalmádena junto con el PP, para que se integre en sus listas de cara a las próximas elecciones municipales, con el fin siempre de concentrar los votos y no tener que preocuparse más de negociaciones encubiertas que acaben en la invasión del sillón que gobierna el municipio.

Y es que los populares piensan que con esta unificación del centroderecha conseguirían una mayoría absoluta sin problemas, algo con lo que discrepan los socialistas, que opinan que ahora estarían gobernando con o sin unión de estos partidos, si la imagen del PSOE en las elecciones nacionales no hubiera sido la que fue.

De hecho, y para conseguir la reunificación, el PP incluso ha readmitido a algún antiguo compañero de partido que había fundado su propio partido independiente tras abandonar las filas populares por discrepancias internas. Es el caso, por ejemplo, de Jesús Fortes, que tras ser sustituido por Enrique Moya decidió montar su propio partido, Iniciativa Democrática de Benalmádena (IDB), y que en 2011 se presentó a las elecciones municipales bajo las siglas del Partido Popular y ahora ha sido recompensado con un nombramiento como diputado provincial. Incluso el propio Moya se incorporó al partido en 2007, después de llevar 12 años en la formación que creó Enrique Bolín después de ser expulsado del PP.

Los resquicios de Bolín y Moleón. La época Bolín en Benalmádena consiguió hacer mucho daño al PP, y es que desde que se presentará con su partido –GIB– en 1995, mantuvo la alcaldía durante dos legislaturas, obteniendo siempre más concejales que los populares y aglutinando todos los votos del centroderecha. La mayoría de los militantes de este partido eran de las filas del Partido Popular, disgregados una vez más por las discrepancias internas.

Algo similar sucedió con Movimiento por Benalmádena (MpB), partido que fundó José Luis Moleón al no poder unirse a Fortes por diferencias de opinión. Su papel fue fundamental en la primera moción de censura, ya que el socialista Carnero lo apartó de su equipo rompiendo el pacto de gobierno y propiciando la salida también de algunos ediles de su grupo que se aliaron con el PP para arrebatarle la alcaldía al PSOE. Su partido fue un ejemplo de atomización del centroderecha que más tarde ha protagonizado Salido.

Ahora, poco a poco, los populares han conseguido volver a reclutar a todos los antiguos militantes que un día dejaron el partido y ahora se abre una nueva etapa donde pretenden olvidar aquellas discrepancias que había con ellos y conseguir por fin un gobierno estable.