La pérdida de un hijo es, sin lugar a dudas, de las experiencias más dolorosas que puede sufrir un ser humano. Aurora Cabello, una mujer de Mijas de 56 años, por desgracia, ha pasado ese mal trago. Su hijo, Gonzalo Alonso Cabello, falleció cuando tenía 21 años en julio de 2007, y apunto de cumplirse cinco años de ese fatídico momento, ha decidido decir basta a una más que desagradable situación que lleva sufriendo durante más de un año y medio.

Vodafone le reclama, a nombre de Gonzalo, 242.97 euros en concepto de una línea de teléfono que ni siquiera era suya, y para colmo, tres años y medio después de su fallecimiento.

Efectivamente, como admite su madre, Gonzalo Alonso era cliente de la compañía telefónica cuando pereció. «Aunque con otro número distinto al que nos dicen en la carta -con fecha de 22 de febrero de 2011- que, por otra parte, dimos de baja cuando murió. No sabemos de dónde ha salido ese número», indica.

Casi tres años después, Aurora y su familia se encontraron con esta comunicación a la que le han seguido hasta diez misivas más de distintos bufetes de abogados, en representación de la empresa, reclamando los casi 250 euros.

Denuncia. Harta de recibir cartas y más cartas, Cabello interpuso, el pasado 7 de abril, una denuncia contra Vodafone en el Juzgado de Instrucción de Fuengirola y otra en la Oficina del Consumidor de la Junta de Andalucía para tratar de hacer justicia a este lamentable error. Desde que las puso, ha recibido seis cartas más.

«No pido que me indemnicen. Sólo quiero que me dejen en paz y que saquen a mi hijo de la lista de morosos. Cuando recibo una carta se me revuelve todo», dice.