Triste final para una vida enigmática. Un hombre de origen británico y cuyas iniciales son M. A. C. G., fue encontrado muerto el pasado domingo en el interior de su propio vehículo, aparcado en la calle Torreón, en La Cala de Mijas.

El fallecido era un conocido vagabundo de la zona que llevaba unos cuatro años viviendo en un coche en el mismo lugar donde pereció. Por eso, al no ser visto durante los últimos días por parte de los vecinos, y sobre todo por el fuerte olor que desprendía el vehículo, éstos decidieron llamar a la Policía Local del municipio.

Efectivamente, una vez que éstos, ayudados por los bomberos de la localidad, pudieron abrir la furgoneta gris, descubrieron que M. A. C. G. yacía en el interior. El cadáver, según fuentes cercanas a los cuerpos de seguridad local, tenía aspecto de llevar muerto varios días y no presentaba signos de violencia.

La Guardia Civil se hizo cargo del caso y, por orden del juez de guardia, el cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Málaga. Fuentes de la investigación consultadas por este diario apuntan a que se trata de una muerte natural.

«No molestaba a nadie». Trini y María, dos cocineras de un chiringuito cercano al lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida de M. A. C. G., relataron que, efectivamente, se trataba de un individuo conocido por todos los vecinos y trabajadores de la zona. Si bien, éste no hablaba con prácticamente nadie.

«Yo trabajaba antes en una tintorería de La Cala y venía todas las semanas a dejar ropa para lavar. Sólo decía: para mañana. Pero era muy correcto y no molestaba a nadie, pese a que vivía en la calle», dijo. Lucas Barranco, un barrendero que suele trabajar en este punto de Mijas, también lo conocía de vista. «Dormía en el coche, se sentaba en el banco y leía el periódico. Era un buen hombre», relató.

Los vecinos se percataron por el olor. M. A. C. G. era un hombre bastante conocido en el lugar, pese a que no hablaba con casi nadie. No era raro verlo sentado en un banco del paseo marítimo, justamente delante de su furgoneta Ford de color gris, ojeando un periódico. Por eso, tras llevar varios días sin verlo, pero sobre todo, ante el fortísimo olor que desprendía el vehículo durante su ausencia, decidieron avisar a las autoridades.

«Olía fatal, en especial por la parte trasera, ya que delante estaba todo cubierto con plásticos y parece que lo aislaba», expresó Lucas Barranco, un barrendero que suele estar siempre en La Cala. Barranco, que aseguró que veía casi a diario al mendigo fallecido, reveló, además, que solía lavarse a diario en las duchas de la playa y tenía buen aspecto.

«Nunca lo he visto discutir con nadie ni meterse en ningún problema en la cantidad de años que llevaba aquí. Antes de la furgoneta, tenía otro vehículo hasta hace un año, aproximadamente», dijo. Desde el Ayuntamiento de Mijas señalaron que el último domicilio conocido de M. A. C. G. estaba en la zona de El Coto. Un lugar de selectas villas de la localidad.