La historia se repite entre los vecinos de varias urbanizaciones costeras de Torremolinos. Siguiendo los pasos de Costa Lago, ahora son las urbanizaciones de Los Álamos, La Cizaña y Aldeamar las que se quejan del ruido y la suciedad que provocan por las noches los chiringuitos de la playa de Los Álamos y la gente que se reúne alrededor de ellos para beber en la calle, popularmente conocido como botellón.

Más de 20 escritos han entregado ya a diferentes departamentos del Ayuntamiento para hacerles llegar su malestar y pedirles soluciones al respecto. Varias de las denuncian han ido dirigidas a Medio Ambiente por el ruido excesivo que provocan estos locales, situados en primera línea de playa y que trasciende al exterior llegando incluso hasta varios metros más allá donde están las viviendas e impidiendo el descanso de los vecinos.

Otras tantas se han remitido al departamento de Playas por el incumplimiento de los horarios de estos chiringuitos, ya que cierran a altas horas de la madrugada incumpliendo el horario de los quioscos de playa. Y, por último, otros cuantos escritos han sido entregados al área de Seguridad Ciudadana por los diferentes problemas que provoca el botellón en dicha zona, tanto de suciedad como de ruido o peleas entre los jóvenes.

Según indicó a este rotativo Jorge Gallego, presidente de la comunidad de vecinos de la Urbanización Los Álamos, el Ayuntamiento de Torremolinos «hace caso omiso» a las demandas y las peticiones de poner fin a esta situación, «que impide el descanso de los vecinos y que va contra la integridad física y moral, contra la intimidad persona y familiar y contra la inviolabilidad del domicilio».

Además, Gallego critica que estos chiringuitos no cumplen la Ley de la Junta de Andalucía debido a que las licencias que tienen son de quioscos de playa y no de discotecas, por lo que la música no debería trascender al exterior del local y el cierre debería hacerse antes de las dos o tres de la madrugada.

No obstante, estos locales están habilitados con terrazas que dan tanto al mar como al paseo marítimo, donde la música «suena a tope» hasta la hora del cierre, «que es a las cinco o seis de la mañana», dice.

Informarán a la Junta de esta situación y tomarán medidas. Además del ruido que provoca la música de estos chiringuitos y el ruido que hacen los cientos de jóvenes que hacen botellón junto a ellos, los vecinos de la zona también se quejan de la suciedad que dejan después de las noches de fiesta. «Nunca antes habíamos visto la zona tan sucia. El descampado convertido en parking que hay entre los locales y nuestras urbanizaciones tiene una capacidad para 500 vehículos y por las noches está completamente lleno de gente haciendo botellón. Es horroroso, nadie se puede hacer una idea de lo que estamos viviendo», explicó Gallego.

Por otro lado, debido a que el Ayuntamiento de Torremolinos aún no ha contestado a las demandas de estos vecinos, están a la espera de que pasen los 90 días procedentes para poder informar a la Junta de Andalucía de esta situación e incluso estudiar tomar medidas legales. Este rotativo intentó ponerse en contacto con los gerentes de dichos locales sin éxito alguno. Por su parte, el Ayuntamiento no quiso pronunciarse al respecto.