Cuatro personas de tres generaciones de una misma familia han sido detenidas por la Guardia Civil cono presuntos miembros de una organización dedicada al asalto nocturno de viviendas habitadas. Desde la abuela hasta el nieto, los investigadores los acusan de un total de tres asaltos en una misma urbanización de Mijas en los que sustrajeron dinero, joyas y material tecnológico.

La operación Torrenueva 2012 comenzó el pasado mes de marzo tras tres denuncias consecutivas. La primera llegó por parte de cuatro jóvenes suecos que denunciaron un robo en el interior de la vivienda que ocupaban en la urbanización Torrenueva de Mijas. Según su testimonio, los asaltantes eran dos hombres enmascarados que portaban armas de fuego y que sustrajeron una escasa cantidad de dinero en metálico y varios efectos de su equipaje.

Sólo un día después, otra acción similar en la misma urbanización acabó con la huida de los presuntos ladrones, ya que la víctima consiguió encerrarse en una habitación y pedir auxilio a otros miembros de su familia. Durante la huida, los asaltantes perdieron una de las armas justo en el momento de saltar el muro exterior de la vivienda.

Diez días después se produjo el tercer y último asalto. Según la Guardia Civil, los delincuentes volvieron a entrar en una vivienda ocupada por dos ciudadanas checas de avanzada edad a las que sorprendieron mientras dormían. Tras amenazarlas e intimidarlas, consiguieron apoderarse de varios miles de coronas checas, diversas piezas de joyería y un teléfono móvil de alta gama.

Sin embargo, los datos aportados por todas las víctimas fueron claves para la investigación llevada a cabo por los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Málaga, permitiendo confirmar que los tres hechos habían sido perpetrados por los mismos autores.

Así, se consiguió identificar a todos los integrantes del grupo de atracadores, resultando ser miembros de una misma familia: el padre, la madre, el hijo y la abuela.

Las pesquisas atribuyen al grupo una organización muy concreta hasta el punto de que consideran que el padre y el hijo eran los encargados de realizar los asaltos a las viviendas, la madre conducía el vehículo y la abuela se encargaba de la posterior venta de los efectos robados. Aunque hubo un momento en el que los investigadores perdieron la pista al grupo, finalmente volvieron a localizarlo en una casa alquilada en una zona aislada de Álora, donde supuestamente permanecían inactivos tras los asaltos. Tras el registro de dos domicilios, los agentes intervinieron tres armas cortas, así como diversa munición y varios efectos como pasamontañas y guantes.