El Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos acoge desde ayer y hasta el domingo, 9 de diciembre, la 7ª Feria del Dulce de Convento. Lejos de complejos procesos de producción industrial, 38 conventos y monasterios de distintas órdenes religiosas de Andalucía reúnen y ponen a la venta una amplia selección de las referencias más tradicionales de la pastelería monacal.

Borrachuelos, mantecados artesanales, angelinas, pestiños, lazos de café, panayets, cordiales, mostachones, trufas, amarguillos o las tradicionales yemas, son algunos de los típicos dulces, no sólo navideños, e incluso sin azúcar, que forman parte del catálogo de productos reunidos en esta Feria del Dulce de Convento.

El Palacio de Congresos y el Ayuntamiento de Torremolinos organizan cada año esta exposición, que reúne el mayor número de conventos en Andalucía.

El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, inauguró ayer por la mañana la edición de este año. Fernández Montes destacó la consolidación y el éxito de esta convocatoria prenavideña, de la que recordó su fin social, «ayudando de esta forma a las órdenes religiosas en sus dificultades económicas». Y es que los ingresos íntegros de la Feria del Dulce de Convento se destinarán al sostenimiento de los gastos ordinarios de las órdenes religiosas participantes y como contribución al mantenimiento de su patrimonio arquitectónico y cultural.

En total son 38 conventos y monasterios religiosos de seis provincias andaluzas: cinco de Cádiz, cuatro de Córdoba, seis de Jaén, doce de Sevilla, cuatro de Málaga y siete de Granada, los que muestran y ponen a la venta en esta feria los dulces más típicos en unos expositores atendidos por voluntarios de distintas asociaciones.

La Feria del Dulce de Convento pone a la venta más de 3.400 kilos de productos y especialidades navideñas de órdenes religiosas como las Clarisas, Agustinas Recoletas, Dominicas de la Orden de Predicadoras, las Carmelitas, Agustinas, Franciscanas, Bernardas (Jaén) o las Clarisas de Santa Cruz (Jaén).