Cuenta la tradición que hace unos 2.200 años los sirios helenizados no permitían que los judíos de Israel cumplieran los preceptos de la Torá, impidiendo su manera de vida y sus costumbres con el fin de aniquilar su identidad. Dispuestos a luchar contra el autoritarismo de las prácticas impuestas, los Macabeos organizaron una revuelta contra Antíoco, el rey de los sirios, que procuró la recuperación del Templo profanado. Con el propósito de que el templo volviera a convertirse en un lugar sin ídolos, apto para la liturgia judía, se decidió encender el candelabro y aunque se encontró en éste provisión de aceite puro sólo para un día, milagrosamente la luz se mantuvo duró ocho días.

La fiesta que recuerda este milagro, llamada Janucá, es una de las más amables del calendario judío y ayer por la tarde se celebró por primera vez en Torremolinos, en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso. Así, las comunidades Judías de Torremolinos, Málaga y Marbella, el Centro Sefarad-Israel y el Ayuntamiento de Torremolinos coorganizaron un evento para esta comunidad y abierto a todos los vecinos del municipio.

El acto se conmemora con el encendido de ocho velas: una la primera noche, dos la segunda, y así hasta que al final la última jornada arden todas en un candelabro especial de ocho brazos que adopta el nombre de Januquía. El Shamash es la novena vela con la que se van encendiendo las restantes. De esta manera, ayer se realizó en Torremolinos el encendido de la quinta vela de Janucá, debido a que era el quinto día de la festividad.

«Se trata de una celebración que dura ocho días en la que además de conmemorar la historia israelí, donde se produjo el milagro de que con una sola gota de aceite se pudieron prender todas las velas del candelabro, se hacen regalos a los más pequeños y se realizan actividades para que disfruten. Además, disfrutamos comiendo sufganiot (buñuelos) característicos de esta festividad», según explicó David Obadía, presidente de la comunidad israelita y maestro de ceremonia durante la celebración de ayer.

Finalmente, y antes de finalizar el acto con un concierto de música sefardí-klezmer del grupo LAFRA, se realizó el encendido de la Januquía. Durante este momento, grupos de niños entregaron el Shamash a distintas autoridades para prender las velas. La primera estaba reservada al presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, que no pudo estar presente en el acto.

El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes; Mercedes Gallardo, delegada en Andalucía del Centro Sefarad-Israel; varios rabinos; León Levy, presidente de la comunidad israelita de Málaga; José Obadía, en representación de las comunidades judías de Málaga, y David Obadía fueron los encargados de encender las velas.

La comunidad judía en la Costa del Sol. En la provincia de Málaga hay alrededor de 5.000 judíos, 350 de ellos en Torremolinos, y, según Mercedes Gallardo, delegada en Andalucía del Centro Sefarad-Israel, las tres comunidades israelitas de Málaga, Torremolinos y Marbella «tienen una gran presencia y son comunidades activas e importantes». Por este motivo, desde el centro se está trabajando de lleno con ellas y se está centrando su actividad en la Costa del Sol. De hecho, el año pasado la celebración de Janucá se realizó en Málaga capital, y este año ha tenido lugar en Torremolinos a petición de la comunidad local.