El radar de tramo instalado por la Dirección General de Tráfico (DGT) en la autovía A-7 en ambos sentidos entre los kilómetros 200 y 205 ha sido acogido, en general, con satisfacción por los principales colectivos del núcleo urbano de La Cala de Mijas y por el Ayuntamiento de la localidad.

Así, el presidente de la Asociación de Vecinos de esta barriada mijeña, Francisco Sepúlveda, aseguró que «vemos bien» esta nueva medida destinada a rebajar la alta siniestralidad que registra año a año este tramo de la vía. No obstante, según apuntó, el nuevo dispositivo no le parece suficiente para lograr este objetivo.

«Nosotros pedimos a la DGT que colocara un radar fijo en cada sentido a la altura de la curva de La Cala, donde siempre hemos puesto de manifiesto que han habido muchos problemas en forma de accidentes. Pero nos contestaron que la curva no es lo único peligroso en esta carretera. De todas formas, es mejor que nada», dijo.

Sepúlveda admitió, asimismo, que el organismo estatal ha reforzado las medidas de seguridad en la antigua Nacional 340, «por lo que estamos algo más tranquilos».

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Comerciantes de La Cala, Conchi Blanco opinó favorablemente sobre la nueva medida de la DGT.

«Me parece muy bien, sobre todo por la zona de la curva. Ahora seguro que los conductores correrán menos y habrán menos accidente, porque la única manera de que reaccionen es rascándoles el bolsillo», comentó.

Los numerosos accidentes que se han sucedido tanto en la curva de La Cala como en los cinco kilómetros que conforman el tramo que va a controlar el nuevo radar, han perjudicado, según Blanco, a los comercios caleños y a la imagen del núcleo urbano costero de Mijas.

«Siempre que había un accidente retrasaba los pedidos de los proveedores, o peor aún, ha llegado a hacerle perder vuelos de avión a los turistas. Ha dado siempre una imagen malísima a nuestro destino», admite.

Por último, el portavoz del Ayuntamiento de Mijas, Mario Bravo, también aseguró que la medida gustó en el equipo de gobierno, aunque demandó más.

«Lo que no me parece bien es que ésta sea la única medida porque sea muy barata y no se lleven a cabo las medidas que nos lleva prometiendo la DGT desde hace cerca de diez años. Éstas son, entre otras, la mejora de los carriles de acceso y salida a la A-7, que es donde se producen los accidentes», expuso.

Por otro lado, como también manifestaron los representantes vecinales y comerciantes de La Cala, Bravo pidió que se bajaran los precios de la autopista AP-7. «La más cara de España», apostilló.