Luto en la Policía Nacional. Los familiares y compañeros del agente Enrique Gómez, de 33 años, que perdió la vida el pasado domingo por la mañana tras ser embestido por un coche mientras circulaba con su bicicleta por la avenida Ortega y Gasset de Málaga, a la altura de El Tarajal, despidieron ayer al joven agente, que fue enterrado en Málaga, de donde procedía.

La conductora que lo atropelló, una joven de 25 años que conducía bajo los efectos del alcohol y las drogas, de vuelta a casa tras pasar toda la noche de fiesta, fue puesta ayer en libertad con cargos a la espera de juicio.

Enrique, un trabajador ejemplar en palabras de sus compañeros, prestaba servicio en la Comisaría de la Policía Nacional en Fuengirola en la Oficina de Atención Ciudadana (ODAC). «Lo vamos a echar de menos; estará siempre en nuestro corazón», comentaba ayer rota de dolor su compañera de trabajo Vanesa Llabres.

Padre de una niña de siete meses, el joven agente, que vivía en el Puerto de la Torre, estaba destinado desde hace dos años y medio en la Comisaría de la Policía Nacional de Fuengirola. «Podía haber pedido el traslado a Málaga capital, pero estaba muy a gusto en la comisaría de Fuengirola», explican sus compañeros.

Se da la circunstancia de que el agente tenía que trabajar el fin de semana pasado pero había cambiado el turno con un compañero para estar con su familia.

«Teníamos un grupo de WhatsApp donde nos comunicábamos todos los del equipo. Casualidades de la vida, lo último que le escribí fue dirigido a su esposa, para que la felicitara por el marido tan eficaz e imperturbable que tenía», afirma el subinspector Diego Conejo, su jefe.

El joven agente, conocido como «el doctor» porque siempre llevaba un maletín en la mano, era muy querido y admirado por sus compañeros, y un amante del deporte y de la vida sana.

Todos los días se levantaba sobre las seis de la mañana para coger la bicicleta, su otra gran pasión, después de su familia. Desde que fue padre de una niña hace siete meses, estaba volcado en la paternidad y había incorporado a su rutina diaria el prepararle el desayuno a su mujer y cuidar de su pequeña. «La hija es el fiel retrato de Enrique. Es vivaracha y tiene muchos rasgos de su personalidad», afirma su jefe.

El joven acababa de terminar las obras de contrucción de su propia casa junto a un grupo de albañiles en el Puerto de la Torre y por fin disfrutaba de su gran sueño. Era un hombre muy familiar que siempre tenía a los suyos en la boca y disfrutaba al máximo tanto de su trabajo como del deporte.

Ahora, una de sus pasiones ha dejado rota a la otra: a su familia y a sus compañeros.

Por su parte, la Asociación Ruedas Redondas de Málaga capital ha organizado un acto en solidaridad y protesta para el próximo domingo por esta nueva víctima mortal.

El evento consistirá en un paseo en bicicleta hasta el lugar del accidente pasando por la sede del Ayuntamiento de Málaga y por la Jefatura Provincial de Tráfico de la capital.

El colectivo en defensa del transporte saludable y del uso de la bicicleta como medio de transporte solicita más respeto de los conductores hacia los ciclistas, exige que se guarde la distancia mínima de 1,5 metros en los adelantamientos y se extreme la precaución con los pelotones.