Los dos hombres de origen irlandés acusados de acabar con la vida de un compatriota en Benalmádena a golpes, patadas y con 44 pinchazos han pedido perdón a sus familiares y aseguran que no tenían intención de matarlo.

Las defensas de los acusados y la fiscalía malagueña llegaron a un acuerdo ayer durante el juicio popular después de que los encausados reconocieran los hechos, aunque en todo momento insistieron en que nunca quisieron acabar con la vida de la víctima.

Debido a ello, el ministerio público ha rebajado la calificación fiscal provisional en la que pedía que fueran condenados cada uno de ellos a veinte años de cárcel por un delito de asesinato y ahora solicita que sólo sean condenados por homicidio al considerar que no hubo ensañamiento ni abuso de superioridad.

Los hechos se remontan al 21 de abril de 2010, sobre las 10.00 horas, cuando los acusados de común acuerdo fueron al domicilio que la víctima que compartía con su pareja sentimental en Benalmádena tras un supuesto negocio ilícito frustrado. Cuando la víctima se encontraba maltrecha tras los primeros golpes, aún con vida, los acusados le asestaron 44 pinchazos con el cuchillo en la espalda, además de realizarle con el arma varios cortes en la zona de la espalda y en las piernas.