Lucio Morrone no sólo huía de la justicia italiana, que lo buscaba por delitos relacionados con el tráfico internacional de drogas y asociación criminal mafiosa. A Spalluzzella, como lo conocen en el peligroso barrio español de Nápoles, también le aterrorizaba que los ambiciosos aspirantes a sucederle al frente del clan camorrístico de la Teste Matte (Cabezas Locas) pudieran ponerle precio a su vida. Así se lo ha hecho saber al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, a quien le ha suplicado que no lo extradite a Italia en virtud de la Orden Europea de Detención que pesa sobre él. El magistrado, de momento, ha ordenado su ingreso en prisión.

Sus dos miedos le convirtieron en un obseso de la seguridad. Hasta dos años ha conseguido dar esquinazo a la Guardia Civil y los Carabinieri, cuyos agentes advierieron a los españoles en 2013 de que Spalluzzella podría ocultarse en la Costa del Sol. Muy metódico, apenas salía de casa por la puerta del garaje para hacer la compra y algún recado como el pasado 10 de abril, cuando fue detenido en una oficina de Correos de Benalmádena a la que acudió para retirar algo de dinero que le enviaron desde Nápoles. Desde allí huyó en 2010, cuando las sentencias se le acumulaban y decidió hacerse invisible. Como Paolo Pesce, su predecesor en el cargo detenido en Fuengirola en 2008, eligió la provincia de Málaga para esconderse y como centro de operaciones de los oscuros negocios de la Teste Matte.

Escurridizo. Morrone vivía de alquiler y su nombre no figuraba ni en los pisos ni en los coches que usaba. Siempre estaba solo, dejaba plantado a miembros de su clan que se desplazaban a Málaga para reunirse con él por miedo a ser descubierto y apenas hablaba con su familia para no dar nunca ninguna pista sobre su paradero. De hecho, utilizaba documentación italiana con una identidad falsa, como la que mostró en el momento de su detención hasta que reconoció que él era Spalluzzella y ya expresó su miedo a ser extraditado. «Llevaba una vida bastante discreta en la que no le faltaba de nada pero no tenía lujos», asegura un investigador antes de reconocer que la vigilancia de los locales de ocio a los que acudían napolitanos a ver a su equipo de fútbol ha resultado decisiva en la operación.

El quartieri spagnoli (barrio español en Nápoles) es un pequeño feudo controlado por la Teste Matte, un clan que, según la Guardia Civil, es un ejemplo de los nuevos grupos criminales surgidos en la Camorra Napolitana a mediados de los 90, que rompieron con antiguos códigos de honor y se refugiaron en la violencia para poder emerger frente a los clanes más tradicionales. Formado en gran parte por individuos jóvenes pertenecientes a asociaciones de hinchas radicales del mundo futbolístico, se ganaron su apodo de Cabezas Locas por su agresividad, su afición al consumo de drogas, su falta de respeto por las tradiciones de la camorra y su poco reparo a la hora de solventar sus disputas e impulsar su dominio recurriendo a los asesinatos.

Carlo Leone. La detención de Spalluzzella se ha conocido apenas unos días después de la de Carlo Leone, de 55 años y miembro del clan napolitano Elia. Fugado de la Justicia italiana desde el año 2009, fue localizado en San Pedro Alcántara, donde los investigadores aseguran que ejercía de intermediario entre distintas organizaciones camorrísticas, narcotraficantes asentados en la Península Ibérica y compradores napolitanos de grandes partidas de hachís y cocaína.

Leone, con amplio historial delictivo y 16 condenas en Italia por delitos como tráfico de drogas, asociación ilícita, robo, receptación o lesiones, también estaba incluido en la lista italiana de fugitivos peligrosos y sobre él pesaba una Orden Europea de Detención decretada por un Tribunal de Reggio Calabria para el cumplimiento de una pena de prisión por delitos relacionados con el tráfico internacional de drogas.

Según informó la semana pasada el instituto armado, las investigaciones para su localización comenzaron en el mes de febrero del presente año, cuando los investigadores tuvieron conocimiento a través de la Unidad de Investigación de Nápoles del Arma de Carabinieri de Italia de que Leone podría estar residiendo en alguna localidad de la Costa del Sol.

Desplazados a la zona agentes del Equipo de Huidos de la Justicia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, pudieron averiguar que esta persona residía en San Pedro Alcántara y que también era cliente asiduo de determinados locales de ocio de la localidad. Establecido un operativo de vigilancia sobre varios de estos locales, el pasado día 6 fue localizado en un pub. Debido a la peligrosidad de esta persona y para evitar incidentes en el interior del establecimiento y que se viera involucrado algún cliente, se procedió a su detención cuando abandonó el mismo.

Las autoridades italianas consideran al clan Elia como una de las organizaciones criminales pertenecientes a la camorra con una zona de influencia que se extiende por todo el distrito de San Fernando de Nápoles. Su actividad principal es el tráfico de drogas (cocaína y hachís) con destino a otros clanes, tanto de la ciudad y provincia de Nápoles como de otras próximas. El juez Santiago Pedraz también ordenó su inmediato ingreso en prisión para su posterior extradición a Italia.