­Ni en la peor de sus pesadillas imaginaba Pedro Fernández Montes una salida así. Con el semblante serio y a pleno pulmón para hacerse escuchar en una sala extasiada por el cambio histórico, el que ha sido alcalde de Torremolinos durante dos décadas anunció que abandona la política a nivel municipal tras proclamarse el socialista José Ortiz como nuevo regidor, al sumar fuerzas con Ciudadanos, Costa del Sol Sí Puede e IU.

Los populares aguantaron la compostura durante una tarde amarga en la que se despidieron entre lágrimas y rostros descompuestos de uno de los bastiones más arraigados de la Costa. «Me voy con la cabeza alta». El propio Fernández Montes sacó pecho y recordó las mayorías absolutas logradas estos años y que, una vez más, ha sido el candidato con más votos. Entre abucheos y, en ocasiones, el respaldo de los más fieles, desglosó lo conseguido durante estos años. Fue momento para repasar los méritos logrados y enumerar instalaciones deportivas, plazas, mejoras en infraestructuras y servicios, turismo e incluso asegurar que la deuda que deja -cercana a los cuatro millones de euros- se quedará a cero con la entrada de una suma jugosa que llegará al Consistorio en los próximos días y lo que adeuda la Junta de Andalucía por los cursos de formación. No se achantó ante una sala que no paró de recriminar cada una de sus palabras e incluso advirtió con desalojarla.

Tuvo para todos. Al PSOE le criticó su falta de logros en el pasado y sacó los trapos más sucios que rondan en materia de corrupción y enchufismo. La falta de entendimiento con Ciudadanos a pesar de pedirle perdón públicamente se leía entre líneas en su discurso y les acusó por no votar a la lista más votada y la decisión de continuar con el PSOE a nivel regional. «¿Esta es la regeneración democrática de la que habla Albert Rivera?», preguntó.

La necesidad de un cambio profundo fue el leitmotiv de todas las formaciones que han apoyado a José Ortiz para afrontar esta nueva etapa. Términos como dictadura, sectarismo, miedo, sobresueldos o institución oxidada salpicaron los discursos de las cuatro formaciones. Mientras tanto, un Fernández Monte que apenas levantaba la mirada escucho los reproches a todas sus acciones.

El momento más esperado, la foto entre ambos dirigentes que proclamaba a José Ortiz como nuevo regidor. Durante sus primeras palabras como alcalde mencionó el nuevo horizonte que se abre para la ciudad sin mayorías absolutas que da paso a la transparencia. Medidas de ahorro municipal, acciones sociales y potenciar el empleo conformarán la línea de trabajo a seguir durante los próximos meses. «No hay progreso en una sociedad sin libertad», detalló. El futuro: lograr que la localidad sea sostenible e innovadora y hacerla más competitiva a nivel turístico.

Torremolinos se enfrenta desde hoy a una nueva etapa y entierra el gobierno absolutista que ha imperado en las últimas décadas con Pedro Fernández Montes a la cabeza. Una figura que ya forma parte del pasado de la ciudad.