Perros encadenados a una pared por correas tan pequeñas que les impedían tumbarse, cheniles claustrofóbicos plagados de excrementos, zulos cerrados sin luz ni más ventilación que el hueco entre la puerta y el suelo por el que se escapan ríos de orín, jaulas sin techo para protegerse del sol... Ese es el estado en el que se encontraban más de 60 perros de una rehala de Torremolinos que ayer fue precintada por miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), tras la denuncia presentada por el Partido Animalista PACMA, en colaboración con vecinos animalistas de Torremolinos, la semana pasada.

En su denuncia, el PACMA puso en conocimiento del Seprona el "lamentable e inhumano estado en el que se encontraban más de 60 perros encerrados en habitáculos sin ventilación ni luz, algunos sin techado que les proteja de las inclemencias del tiempo, manteniéndolos en instalaciones inadecuadas, así como en pésimas condiciones higiénico-sanitarias, viviendo sobre sus propios excrementos, algunos atados de manera permanente con cadenas de longitud inferior a la exigida por las leyes", no otorgándoles un adecuado tratamiento en razón de sus necesidades fisiológicas y etológicas, lo cual contraviene la Ley de Protección Animal de Andalucía, remarca el partido en un comunicado.

Una vez que los veterinarios de la Oficina Comarcal Agraria se personaron en las instalaciones y que su informe fue redactado, el Seprona se personó en las instalaciones para precintarlas. Los colectivos animalistas de Torremolinos trabajan ya para dar a los perros una segunda oportunidad en el caso de que sean requisados.

Por desgracia, el PACMA asegura que no es el único centro de caza en el que se maltrata a los animales. No sólo en la provincia de Málaga, si no en el resto de Andalucía y de España, existen rehalas en las que los perros son maltratados al carecer de unas condiciones de salubridad y comodidad dignas, cuando no de alimentación