El Ayuntamiento de Mijas abrió ayer expediente para depurar responsabilidades en el caso del vídeo en el que se ve cómo un arriero golpea repetidamente a su burro-taxi. Las imágenes serán determinantes para saber si se ha incurrido en una falta «grave o muy grave», que según las ordenanzas municipales vigentes podría acarrear una sanción de hasta 1.500 euros, según expresó a este periódico la concejala de Movilidad y Transportes, Nuria Rodríguez Cubero (Ciudadanos).
El vídeo, que subieron a la red integrantes de Podemos, se convirtió en un auténtico fenómeno viral a través de las redes sociales. Incluso la Guardia Civil utilizó ayer sus perfiles en Twitter para pedir colaboración ciudadana en la identificación de las personas «que patearon y arrastraron a un burro-taxi en Mijas». En este sentido, especificaron por esa vía el número 062 para que los potenciales testigos aporten al Seprona cualquier posible pista.
No obstante, ni el propietario de la licencia ni el animal en cuestión -que según los oportunos análisis veterinarios podría estar en condiciones óptimas para volver al trabajo- estuvieron ayer de servicio.
En este sentido, el Consistorio tranquilizó a la ciudadanía: «Los hechos se produjeron en una franja horaria en la que el burro estaba fuera de servicio y nos han explicado que se había caído y tuvieron que tirar de él para ayudarle a levantarse, como se suele hacer en estos casos», agregó Rodríguez.
Aunque la integrante del grupo municipal de Ciudadanos reiteró que internet «lo magnifica todo», a sus socios en el gobierno, los integrantes del PP, no les pareció acertada la supuesta «pasividad inicial que había mostrado el propio Ayuntamiento ante los hechos».
El Partido Popular recordó en un comunicado que durante el anterior mandato, con Ángel Nozal como alcalde, «se elaboró la ordenanza reguladora de este servicio». Al mismo tiempo, la misma formación pidió «respeto al resto de profesionales de este sector, que es uno de los símbolos» del municipio mijeño.
Por su parte, integrantes del colectivo de arrieros expresaron que siempre han cuidado a sus burros «de forma exquisita, porque son su herramienta de trabajo».
