Cómo será Torremolinos dentro de cuatro años. Para responder a esta pregunta es necesario observar, en el propio despacho del alcalde, José Ortiz (PSOE), el planeamiento vigente, así como las líneas maestras de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, que ya ha generado la apertura de un diálogo casi constante con la Junta de Andalucía. Para empezar llama la atención el entorno del Palacio de Congresos. Ahí se prevé un centro comercial de considerables dimensiones, clave para el desarrollo futuro de la ciudad y extraordinario si se compara con las iniciativas que se han impulsado en otras importantes urbes.

Al grupo socialista le sorprendió durante el anterior mandato cómo de insatisfechos estaban muchos vecinos con un asunto añadido: la falta de conexión directa y amplia con la autovía A-7. En efecto, la entrada natural desde «todas las direcciones» se topa de lleno con un cuello de botella como es la carretera, en algunos tramos irregular y de una única vía por sentido, que conduce hasta el propio Palacio de Congresos. El nuevo proyecto comercial, «absolutamente compatible con el comercio en el casco histórico, porque son conceptos bien diferenciados», según relata el propio regidor, incluye la creación de un nuevo acceso, como intercambiador que beneficie también a Benalmádena y que acabe con muchas retenciones en temporada alta.

Ortiz explica que el proyecto es «muy importante por la inversión prevista» y reconoce que nuevos inversores han empezado a adquirir parcelas en este entorno próximo a la Autovía del Mediterráneo. Estas iniciativas requerirán, no obstante, de importantes obras de infraestructura para salvar algunos inconvenientes planteados por la Junta de Andalucía, como consecuencia de las zonas de inundabilidad que existen en el sector. «Sería la gran zona de entrada a Torremolinos», concluye el alcalde.

Ese futuro centro comercial acogerá nuevas zonas de ocio, que no interferirán con la oferta del núcleo urbano. El Consistorio espera con estas nuevas actuaciones lograr asimismo determinadas compensaciones económicas que permitan aliviar la precaria situación de las arcas municipales, mediante licencias de apertura y de otra naturaleza. «Este nuevo marco urbanístico nos va a permitir entrar en una situación muy atractiva, incluso romper con la situación de debilidad que tenemos».

Una grata sorpresa

Que algunas entidades privadas hayan empezado a comprar fincas y a apostar por la ciudad, ha sido una de las agradables sorpresas con las que se ha encontrado el nuevo equipo de gobierno. Existe ya una moderna unidad municipal de Desarrollo «para buscar inversores y pequeños empresarios», está en marcha la puesta en funcionamiento de una oficina para el emprendimiento, mediante ventanilla única para agilizar trámites o buscar bonificaciones a la actividad empresarial, pero lo cierto es que el capital ya ha empezado a pegar a la puerta del municipio, a la vista del nuevo tiempo para la ciudad, como indica el propio Ortiz.

Acaba de inaugurarse también el Consejo de Turismo, con el objetivo de analizar el futuro del municipio «a diez años vista» y se plantea la necesidad de crear una amplia «agenda cultural», que le otorgue a Torremolinos el esplendor perdido: volver a lo que fue.

Para el equipo de gobierno actual, el municipio es mucho más que un destino de sol y playa, porque en sus calles permanecen grandes artistas que durante años no han tenido el protagonismo que merecen, así como un crisol de nacionalidades a las que se les debe potenciar, mediante el análisis pormenorizado de sus tradiciones y costumbres. «Las arterias llevan oxígeno a las ciudades y aquí nos faltaba el aire. Así que es la hora de se establezcan nuevas vías de comunicación para dejar de darle la espalda a lo que hay fuera», expresa el alcalde.

En este sentido, también se trabaja ya con Benalmádena, para establecer nuevas arterias urbanas, calles que permitan solventar pequeños obstáculos que separan a ambos términos. Acabar con la precariedad en las comunicaciones con los municipios más cercanos y, por extensión, con los restantes, aparece marcado en rojo en la agenda para los próximos cuatro años. Hasta que llegue 2018.