Torremolinos, a caballo entre los años 60 y 70. Suecas tostadas al sol en la playa y noches sin sueño hasta que el cuerpo aguante. El líder y vocalista de Danza Invisible, Javier Ojeda, resucita aquella época dorada para la Costa del Sol a través de las imágenes de Hora de empezar, el videoclip que servirá en pocos días para presentar su flamante disco en solitario: Barrio La Paz. Actos 2 y 3.

El intérprete explica por qué ha rodado en el municipio donde reside desde su juventud: «Nosotros hemos querido ilustrar ese auténtico paraíso que era la Costa del Sol antes de que lo fastidiara la llegada de los especuladores. Teníamos muy claro que había que rodar en esta zona porque el Barrio de La Paz es una especie de lugar hipotético donde la gente vive en total libertad, en ese paraíso al que alude la obra conceptual, el nuevo disco. Torremolinos ejemplifica todo eso que vino después».

Ojeda se ha puesto a las órdenes de Chema Vargas, músico y compositor mucho antes que director de éxito en la producción de videoclips. «Él no conocía esta parte de la provincia, por lo que le propusimos localizaciones emblemáticas, no sólo en la playa del Bajondillo, sino que en otros muchos rincones típicos del municipio». No obstante, todo el rodaje se ha realizado de manera íntegra dentro el término torremolinense.

Aunque el resultado final podrá verse a través de internet en apenas unos días, para escuchar íntegro el disco habrá que esperar, por ejemplo, a la presentación en directo prevista para el viernes 19 de febrero. La cita está anunciada ya: será sobre las tablas del Teatro Albéniz de Málaga (21.00 horas).

La edición digital de Barrio La Paz. Actos 2 & 3 estará disponible diez días más tardes y a partir del 4 de marzo podrá adquirirse en formato físico -si bien es cierto que el 19 de febrero ya habrá disponibles algunas copias en el Teatro Albéniz-.

Acerca de las anécdotas del rodaje, Ojeda explica cómo se fraguó la elección del protagonista principal: «El absoluto descubrimiento de este videoclip es Paco Roca, más conocido como Charlie. Responde a lo que nos había pedido el director, una especie de José Luis López Vázquez. Paco es uno de mis mejores amigos y no ha habido ni que caracterizarlo demasiado. Es un verdadero actor, aunque sea su primera experiencia de este tipo».

Municipio muy cosmopolita

En cuanto a las jóvenes que los acompañan, al propio Javier y al mencionado Charlie, la elección también quedó en el ámbito más cercano del intérprete: «Fue mi mujer, Gema Payá, la que ha ejercido de directora de casting para buscar a las supuestas suecas de los sesenta y setenta. Son todas ejemplo de lo que es la sociedad actual torremolinense. Hay una hija de inglesa casada con un malagueño, la ucraniana que está casada aquí o la hija de una española y de un suizo. Puedo decir como anécdota añadida que ninguna es sueca [risas]».

El cantante no oculta su decepción por lo que durante las últimas décadas ha terminado por ser aquel «paraíso idílico que se rescata en este vídeo».

Señala que su localidad, sin embargo, no es la única que ha padecido el mismo castigo: «No es algo que haya ocurrido sólo aquí, porque hay más ejemplos. Pero es evidente que aquí el sueño de entonces ha quedado roto por culpa de la burbuja y los especuladores». El disco transmite todo eso, «pero también refleja que seguimos felices de vivir aquí. La propia canción tiene aún un mensaje optimista, con lo que en realidad hemos retratado un homenaje entre irónico y divertido a lo que no dejan de ser los tópicos de Torremolinos en los años sesenta y setenta».

El líder de Danza Invisible, que en el Teatro Albéniz volverá a rescatar grandes éxitos de su dilatada trayectoria musical, sostiene que todavía tiene muchas cosas que contar y que por este motivo permanece «buscando estímulos». Y aunque «el pasado no puede volver, Torremolinos ya ha empezado a resurgir». Javier Ojeda, más allá de la presentación repleta de sorpresas programada en Málaga, incluso prepara una gira por teatros de la provincia, la mayoría de ellos situados en la franja costera.