­La lucha de los jardineros de Benalmádena sigue a paso firme por el despido de 10 compañeros, a los que sumaron 19 hace dos días. Los trabajadores insisten en que el despido de estos últimos es debido a una medida de presión por haber convocado una huelga para el próximo día 15 de febrero. Paro que sigue en pie.

En el día de ayer tuvieron una primera toma de contactos entre las partes. En una reunión de menos de una hora, apenas se intercambiaron las posturas entre los trabajadores, el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria. Sólo sirvió para poner sobre la mesa las posturas de ambas partes. Sigue siendo la misma entre todas.

Los trabajadores siguen pidiendo la readmisión de los primeros 10 trabajadores despedidos, a los que se suman los últimos 19. La empresa, en un principio, no admitiría a los trabajadores. Y el Ayuntamiento, con el alcalde Víctor Navas a la cabeza, está mediando entre ambas partes.

Las tres partes se han emplazado a futuras reuniones que lleven a un mejor puerto las negociaciones para el bien de los empleados.

De hecho, el pasado martes, que fue el día en que se conoció el despido de estos últimos, los trabajadores amenazaron con un encierro en el vivero municipal, que terminó por el compromiso del Ayuntamiento de mediar entre las partes para «evitar que el menor número de trabajadores sean los afectados y poder garantizar de un mejor modo los servicios de la localidad», aseguraban fuentes del Consistorio de la localidad costasoleña.

El problema, según apuntan desde el Ayuntamiento, viene de la valoración que hacen el comité de empresa y la propia empresa de los trabajadores. Los primeros valoran el coste medio por trabajador en 25.000 euros, mientras que la patronal mantiene que el coste rondaría los 30.000 euros, por lo que tuvieron que ajustar la plantilla.